El gobernador electo, Rodolfo Suárez, ya anunció que se debe modificar la ley 7722 para atraer las inversiones.
Las empresas mineras han entendido que el aval que dio la Legislatura provincial al proyecto Hierro Indio (yacimiento de hierro en Malargüe) es el punto de partida para que vuelva la minería metalífera a la provincia. Según la Cámara Mendocina de Empresarios Mineros (Camem), en la provincia hay 19 proyectos factibles para extraer minerales como uranio, cobre, oro, plomo y plata, entre otros. Dos de estos proyectos se ubican en el departamento de San Carlos.
A la par, el gobernador electo Rodolfo Suárez dejó claro que pretende modificar la Ley 7722 para atraer inversiones. En una nota reciente en Canal 9 de Mendoza, el mandatario afirmó que esta ley “ha impedido las inversiones de empresas mineras”, y que es necesario cambiar la normativa. Al respecto, hay continuas conversaciones entre las bancadas peronista y radical de la Legislatura provincial: tanto entre los radicales como entre los peronistas hay legisladores que quieren dar luz verde a la modificación de la ley, aunque hay algunos legisladores que se oponen. Según parece, se podría lograr fácilmente el aval de los legisladores para modificar la ley.
La ley 7722 se aprobó en el año 2007 y prohíbe el uso de sustancias químicas como cianuro, mercurio, ácido sulfúrico y otras sustancias tóxicas similares en los procesos mineros metalíferos de cateo, prospección, exploración, explotación y/o industrialización de minerales metalíferos obtenidos a través de cualquier método extractivo. La legislación fue un gran logro de sectores ambientalistas y vecinalistas de toda la provincia que buscaban la protección medioambiental, y poner un freno a las explotaciones metalíferas.
Los proyectos mineros que se ubican en el departamento de San Carlos son: Papagayos (oro y cobre) y Picos Bayos (cobre). Papagayos se ubica a unos 15 km al sur la Laguna del Diamante, en San Carlos. Mientras que Picos Bayos se ubica cerca de la frontera con Chile, en las márgenes del arroyo Borbollón (afluente del río Diamante), íntegramente dentro de la reserva natural Laguna del Diamante.
El arroyo Papagayos es afluente del Aguanda, y junto con el Yaucha, riega el sur del Valle de Uco. En los primeros años del 2000, la actividad minera en esta zona impulsó la formación de los Vecinos Autoconvocados de la región, y las masivas manifestaciones en defensa del agua que frenaron los cateos y exploraciones. Luego de las protestas por aquel entonces, los vecinos de San Carlos consiguieron el apoyo legislativo para ampliar el área protegida de la reserva Laguna del Diamante, de 28 mil a 170 mil hectáreas y de esta manera se impidió la actividad minera.
Preocupación y alerta de Vecinos Autoconvocados
Grupos ambientalistas y vecinos en general se han manifestado preocupados por la posibilidad del avance minero en la región del Valle de Uco, a partir de la modificación de la ley 7722, y la presión de grupos mineros. El Cuco Digital se comunicó con Daniel Funes, referente de Vecinos Autoconvocados quien expresó que “es muy preocupante la situación actual, porque, por lo que vemos, (las mineras) no solo irían por la modificación de la ley 7722 sino también por la ley de ampliación de la Laguna del Diamante (…)». Según Funes, las empresas mineras “no vienen solo por Hierro Indio, por San Jorge sino que también vienen por el Valle de Uco». «Estamos tratando de concientizar a la gente y planificando acciones. Este fin de semana o el que viene con Asamblea Popular por el Agua Pura veremos qué acciones tomamos» adelantó el ambientalista.
«Me preocupa que sigan apostando al fracking y a la minería en una Mendoza seca. El Departamento General de Irrigación y especialistas dicen que Mendoza va a tener cada vez menos agua. Cualquier actividad que use agua, tiene que quitarle el agua a algún mendocino (…) Me preocupa muchísimo que la política hoy no tenga presente la realidad de sequía que hay en la provincia y el pronóstico de cambio climático», sentenció Funes. Mientras tanto, en los grupos de vecinos y ambientalistas se comienzan a sentir voces de alerta y movilización en defensa del agua pura.