Es en los primeros tres meses del año. La cifra refleja una pronunciada baja, la única para toda la región con relación a la evolución del «salario promedio real del empleo registrado».
Según datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), la Argentina registró una caída del salario real superior al 10% en los primeros tres meses del año. La cifra refleja una pronunciada baja, la única para toda la región con relación a la evolución del “salario promedio real del empleo registrado”.
Del estudio se desprende que mientras en el primer trimestre de 2018 la evolución del salario en la Argentina arrojaba una pérdida de casi 6 puntos porcentuales en términos reales, en los primeros tres meses de este año la pérdida supera el 10%, siendo el único país que registra una caída entre el grupo que contiene a Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, El Salvador, México, Nicaragua, Panamá, Perú y Uruguay.
Por otro lado, en su “Estudio Económico para América Latina y el Caribe”, los analistas de la CEPAL mantuvieron en 1,8% su proyección de caída de la actividad económica de Argentina para 2019.
“Para lo que resta de 2019 se prevé que el sesgo contractivo de las políticas fiscal y monetaria, así como el menor crecimiento económico del Brasil, repercutirán negativamente en el consumo público y privado, en la inversión y en las exportaciones del sector manufacturero, y que una leve recuperación de los salarios reales tendrá un leve efecto positivo sobre la demanda interna», sostuvo el estudio de la CEPAL.
Desde el Observatorio de Coyuntura Internacional y Política Exterior (OCIPEx) refieren que la realidad que describe el informe con respecto a la Argentina es doblemente impactante porque además de la caída del salario, “existen otros fenómenos igualmente preocupantes que surgen del reporte como son la caída del empleo registrado, el aumento del subempleo, el aumento de la informalidad laboral y el consecuente incremento del cuentapropismo”, todos elementos que configuran un mapa vinculado a la precariedad laboral.
Hace apenas algunos días, un conjunto de organismos nucleados bajo la Organización de las Naciones Unidas (ONU) señaló que en los últimos dos años (entre 2016 y 2018), el número de personas que padecen inseguridad alimentaria moderada o grave en nuestro país se incrementó en casi seis millones de personas.
Según el informe “El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo 2019”, el número de personas que experimentan “inseguridad alimentaria moderada o grave” en nuestro país pasó de 8,3 millones en el período 2014-2016 a 14,2 millones entre los años 2016 y 2018. Se trata de un incremento de 71%, uno de los saltos más importantes registrados a nivel mundial junto con Nigeria, Tayikistán, Afganistán, Egipto, Sierra Leona y Botswana.
El estudio fue elaborado por cinco organismos multilaterales: la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación (FAO), el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), el Programa Mundial de Alimentos (PMA) y la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Las estimaciones presentadas en la edición 2019 de este estudio se basan en una combinación de datos: los recopilados por la FAO en más de 140 países empleando un modelo de encuestas basado en una escala de experiencia de inseguridad alimentaria (FIES por sus siglas en inglés) y los recopilados por instituciones nacionales en una serie de países de las Américas, África y Asia utilizando la FIES u otros cuestionarios similares de seguridad alimentaria basados en la experiencia.
Fuente: Ámbito