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“El plan de asfalto más ambicioso” de San Carlos hizo agua

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Por Juan Jofré

Entro a la carnicería y atrás ingresa una señora. “Buenos días” dice. Me doy vuelta para responderle y me quedo asombrado. La señora está llena de barro. “Estaba en la vereda, por cruzar, y pasó un auto, pisó uno de los tanto pozos llenos de agua que hay, y me salpicó entera”. Fue la explicación que me dio la señora a una pregunta que yo había hecho con mis ojos y mi cara de asombro.

Llegué a casa, tomé el auto y la cámara de fotos. Decidí hacer una recorrida por mi pueblo. Evidentemente el asfalto nuevo no es parejo ni tiene caída hacia los costados, y en muchas calles no solo que no hay asfalto nuevo sino que lo que queda del viejo está hecho pedazos.

Quizás esto resalta más cuando llueve un poco, porque uno le presta atención al lugar por donde camina. Quizás hacía mucho que no posaba los ojos sobre algo tan cotidiano como el asfalto. Quizás no solo me ha pasado a mi.

La memoria me llevó a la esquina de Bernardo Quiroga y Ruta 40 en mi Eugenio Bustos, donde están los semáforos.

El cartel que rezaba “El plan de asfalto más ambicioso” ya no estaba. Guardé la cámara de fotos y me conformé con mi memoria. Confiando también en la memoria de los pueblerinos me animo a escribir.

Recuerdo el convenio del Gobierno de San Luis y el de nuestro Departamento de San Carlos. Recuerdo que vino el Alberto para la inauguración del asfalto en el Barrio Huayquerías.

Recuerdo que nosotros les decíamos a quienes reasfaltaban mi calle “¿Por qué no asfaltan alguna que esté rota o peor que ésta? O ¿Por qué no esperan que hagamos las cloacas y después asfaltan?

Nada de eso, el “plan más ambicioso” siguió su camino.

También me acuerdo que me encontré entre los trabajadores del asfalto a un conocido de mis épocas en San Luis. Me dijo que les habían dicho que era un trabajito corto nomás. Nos reímos juntos, porque a alguno de los dos nos estaban engañando. O a él lo engañaban sus patrones o a mi me engañaba mi Gobierno.  Resultó que el engañado no fue él, y se fueron pronto las máquinas para nunca más volver.

Hoy las calles de Eugenio Bustos presentan distintas realidades.

Hay calles con el asfalto nuevo discontinuado en las esquinas y con varios pozos en su parte central porque el terreno de las cloacas ha cedido. Ejemplos son las calles Las Heras y Arenales.

Hay otras calles en muy malas condiciones, con muchos pozos y de gran tamaño. Calles a las que nunca llegó “el plan más ambicioso”.La CalleCanoo la 2 de Abril reflejan lo que digo.

La calle más transitada del pueblo, Bernardo Quiroga, en la esquina de mayor circulación, la del Hospital Tagarelli, está prácticamente intransitable.

Luego de recorrer el pueblo y de sacar algunas fotos, recordé queLa Consultaestá mas o menos igual, y quela VillaCabeceratambién.

Me acordé que en la entrada este deLa Consulta, unos días antes de las últimas elecciones, intentaron asfaltar con máquinas y obreros municipales. La nieve les interrumpió el trabajo. Solo alcanzaron a asfaltar la mitad. Pasaron las elecciones y esa mitad desdichada continúa sin recibir el asfalto que remiende sus notables pozos.

¡Menos más que no llueve más seguido! Dijo la señora, y mucha razón tenía. Ojalá “el ambicioso plan” despierte y regrese para concluir con sus tareas.

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