El científico del Instituto Geográfico Nacional (IGN) argentino Sergio Cimbaro explicó que la nueva altura «no es comparable» a la anterior porque «la tecnología utilizada para la medición es totalmente diferente».
«No se puede decir que el cerro aumentó porque la tecnología de medición no es comparable. En cambio, sí vamos a poder comparar la altura a partir de ahora gracias a la instalación durante la expedición de una estación GPS (Sistema de Posicionamiento Global) en el cerro», detalló Cimbaro.
Este sistema, indicó el científico, permitirá obtener «un monitoreo más detallado sobre la corteza de la Cordillera de los Andes», la columna vertebral de Suramérica, producto de la colisión de placas tectónicas que sufren cambios paulatinos, en especial con los sismos de las últimas décadas, como el que padeció Chile en febrero de 2010.
Cimbaro fue uno de los expertos que en febrero pasado participó de una amplia expedición para establecer la altura del llamado «techo de América».
La expedición, auspiciada por el IGN y el proyecto Sigma del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet), tuvo como objetivo medir la altura de la montaña por medio de estudios de gravedad (gravimetría), que difieren del sistema GPS, que no da referencia con respecto al nivel del mar.
Los expertos realizaron tareas de seguimiento de glaciares y placas tectónicas y debieron enfrentarse a problemas de aclimatamiento «severos» que se producen a partir de los 4.500 metros de altitud.
No todos los miembros de la expedición, de hecho, lograron llegar a la cima, incluido Sergio Cimbaro, que tuvo que descender por un «edema periférico».
Fuente: Diario Uno