En entrevista con El Cuco Digital, también mencionó el gran trabajo que demanda cuidar a las abejas y los desafíos que se deben afrontar en la actividad.
La miel es un alimento natural producido por las abejas obreras a partir del néctar de las flores que ellas mismas recogen, transforman y combinan con sustancias propias.
Hoy por hoy, nuestro país cuenta con unas 2.600.000 colmenas y más de 20.000 apicultores con un promedio de unas 65.000 toneladas de miel al año. Cerca del 95% (60.000 t) de la miel parte hacia los mercados externos, lo que ubica al país como segundo exportador mundial, detrás de China. Sin embargo, se pone de manifiesto el bajo consumo interno respecto de grandes consumidores como Alemania, Estados Unidos y Japón que superan ampliamente el kilogramo per cápita, mientras que en Argentina no llega a los 250 g, según estimaciones.
Por tal motivo, desde algún tiempo se realiza la Semana de la Miel, la cual este año tuvo lugar del 14 al 20 de mayo y llevó el lema “Sumale Miel a tu vida”. Según lo que fue establecido en la Resolución N°95E/17 del ex Ministerio de Agroindustria, el objetivo de la actividad es promover las economías regionales y la valoración de la miel como alimento.
La apicultura está conformada en su mayoría por productores pequeños y empresas familiares distribuidas en toda la geografía nacional, y cuenta con más de 100.000 puestos de trabajo directos. Uno de esos pequeños productores es Luis Salinas, oriundo de San Carlos, que hace más de 30 años se dedica a esa actividad económica.
Luis, en entrevista con El Cuco Digital, contó cómo es el trabajo que realizan, los desafíos que se presentan y la importancia de cuidar a las abejas.
-Luis, ¿cómo te iniciaste en la apicultura?
Yo me acuerdo que tenía 7 años cuando mi papá empezó con la apicultura. Tenía sólo cuatro colmenitas. Él trabajaba en construcción pero le interesaba el tema de las abejas y como mi tío tenía en Paso de Las Carretas unas 5 colmenas, empezó a ayudarle y así fue creciendo el deseo de empezar hacer lo mismo. Yo me acuerdo que siempre iba ayudar, a echarle humo y colaborar.
Con el tiempo mi papá comenzó a comprar material y se fue armando su propia producción. Al principio sacábamos miel sólo para la casa, pero fuimos creciendo y seguimos invirtiendo. Yo pude ayudarle y entre los dos logramos ir progresando hasta el punto de llegar a vivir los dos de la apicultura.
¿Cuáles han sido los desafíos que han tenido que saber sobrellevar en la producción de la miel?
No ha sido todo fácil. No es llegar, comprar material, ponerlo en las colmenas y sacar la miel. El material tiene un costo importante ahora, es muy caro. Así que hay que hacer esfuerzos económicos todo el tiempo para mantener la producción. Ese siempre es un desafío.
¿Qué hacen con la miel que realizan?
La mandamos a una empresa de Buenos Aires y de ahí se exporta. Pero todo el tiempo tenemos que hacer número finitos porque en estos últimos tiempos todo se complica.
¿Requiere mucho cuidado proteger las abejas?
Sí, hay que cuidarlas mucho, sobre todo para que sobrevivan al invierno; hay que alimentarlas y estar siempre atentos.
Cada colmena tiene una reina y debe estar sana. En invierno y primavera debemos curarlas. Muchas de las abejas por más que le dejemos miel para alimentarse, si queda un grupo grande se la terminan consumiendo y cuando eso pasa tenemos que hacerle un preparado de agua con azúcar para que sigan comiendo; son varios los factores que tenemos que tener en cuenta.
¿Cuáles son los beneficios de consumir miel?
Mucho de los clientes que nosotros tenemos lo consumen para endulzante, en vez de usar azúcar, porque obviamente como todos sabemos tiene propiedades naturales y minerales que son importantes para el cuerpo. También hace bien para el estreñimiento, la tos, el dolor de garganta; de hecho se hacen muchos remedios con la miel. Sé que son muchos los beneficios.