> Calendario del Archivo de Noticias <

Ana Rosich: “Para que un joven delinca le tienen que haber pasado muchas cosas en la vida”

WhatsApp
Facebook
Twitter
Imprimir

Cuando un joven comete un delito se ponen en movimiento una serie de mecanismos legales y reparticiones del Estado específicas. Si el joven es menor de 16 años es inimputable, en ese caso intervienen los Juzgados de Menores. Cuando un joven tiene entre 16 y 18 años ya es imputable; al ser aprehendido por la Policía, el juez interviniente evalúa la situación y da participación a la Dirección de Responsabilidad Penal Juvenil. Este organismo, depende de la Dirección de Niñez, Adolescencia y Familia (Dinaf) dentro del Ministerio de Desarrollo Humano, Familia y Comunidad.

Ana Rosich, titular de la Dirección de Responsabilidad Penal Juvenil, explica que el juez que interviene decide no solamente la participación de la Dirección a su cargo, sino también de que manera. “La decisión del magistrado se da en función de los antecedentes y de la gravedad del caso; el juez evalúa la situación del joven y si se da intervención a la Dirección y en cuál dispositivo: en la Unidad de Medidas Alternativas (abordaje territorial) o en la Unidad de Privación de la Libertad (ex Cose)”.

Según la funcionaria provincial, cuando un chico ingresa a algunos de estos dispositivos se realiza una evaluación psicosocial, con la intención de trabajar con el joven en un proyecto de vida. “Hasta ese momento, el chico ha tenido un accionar conflictivo con los derechos de los demás, por lo que se busca que el joven encare una nueva forma de vida. Se retoma la instancia de la educación, la inserción en talleres, el aprendizaje de un oficio. Es un trabajo integral con el joven, la familia y la comunidad, en el que se busca modificar conductas y miradas. Si durante la evaluación se observa alguna relación con algún tipo de adicción, se establece acuerdos con las áreas específicas”.

La Gerencia de Responsabilidad Penal Juvenil trabaja desde el 2005. Con la Unidad de Medidas Alternativas (UMA) se propone un abordaje territorial de las problemáticas. De esta manera, hay equipos distribuidos en toda la provincia que trabajan con jóvenes que han cometido algún delito. El equipo de Valle de Uco está compuesto por un trabajador social, un psicólogo y cuatro monitores. Rosich explica que “no es sencillo trabajar con estos jóvenes, sobre todo porque, para que un joven delinca le tienen que haber pasado muchas cosas en la vida”. En este marco, la funcionaria destaca la labor del equipo del Valle de Uco, que “trabaja con intensidad y mucho compromiso”.

Actualmente, de los jóvenes que han llegado del Valle de Uco a la Dirección, solo uno está privado de su libertad (esto son medidas excepcionales). El equipo de UMA atiende a 27 chicos, 13 de Tunuyán, 8 de Tupungato y 6 de San Carlos. “La estrategia es seguir con el joven para que pueda cambiar su vida”.