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Un refugio de amor en San Carlos

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Por Boris Cepeda

Ubicada en la Ruta 40, KM 102 de Eugenio Bustos, la Cunita del Sol lleva quince años de dedicación, esfuerzo y amor. La entidad cuida de niños y niñas que atraviesan por diferentes problemas familiares y que son destinados a este hogar para protegerlos.

Ana Garrido, Cristina Puscama, Claudia Lufí, Zulema Montiel, Agustina Agüero y Mirtha Espejo son las encargadas de cuidar a los grupos de chicos quienes las apodan como “tías”. Ellas trabajan por turnos y cumplen diversas tareas en la Cunita.

Los niños viven en el domicilio y según comenta Ana Garrido, les toman mucho cariño evitando hacer diferencias entre ellos. Para Ana quienes cuidan de los nenes deben ser conscientes y tener vocación para poder contenerlos y ayudarlos.

Los menores ingresan a la casita física y psicológicamente afectados. Muchas veces sufren de desnutrición y llegan en graves estados. Las “tías” en estos casos se encargan de educarlos y de tratar de sacarlos adelante.

En el caso de los padres de los chicos que han padecido maltrato infantil,  son intervenidos por la justicia. Después de un lapso de tiempo en el que sus hijos son albergados en la Cunita del Sol; si demuestran estar en buenas condiciones, pueden llevarse a los pequeños.

En este caso, de acuerdo comentan las cuidadoras, por lo general los niños vuelven porque sus padres continúan en la misma situación de agresión, de descuido y de desamor. No obstante la estadía en este hogar siempre es transitoria ya que los chicos son adoptados por otras familias.

Con respecto a la institución, la misma se abastece a través de la Dirección de Niñez, Adolescencia y Familia (DINAF) que le otorga una cuota de 800 pesos por niño. Esta remuneración se utiliza para el transporte y gastos de salud.

También reciben ayuda del “Banquito de la buena fe” de la comuna y de los vecinos de San Carlos. Como afirma Ana, la comunidad es muy caritativa y cuando se realiza algún pedido por las radios locales, la gente responde solidariamente donando pañales, colchones, ropa, etc. Para el mantenimiento aparte tienen una comisión precaria integrada por una presidencia y una vicepresidencia que aportan dinero.

Actualmente en la cuna viven Nacho (8), Miguel (7), Nicolás (6), Luciano (4), Juliana (4), Lautaro (2), José (2), y el mimado bebé de 10 meses, Maxi. Parte de los chicos estudian en la escuela primaria Nº 1-703 Emilio Manso de la Villa Cabecera y  otros asisten al Jardín Nº 0-104 S “Diamante» de Eugenio Bustos.

En el hogar gozan de cariño y de lo indispensable como comida, vestimenta, y asistencia. Sin embargo nunca sobra una ayuda humanitaria para los pequeños indefensos que reciben amor de sus tías.