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María José Di Marco, la tupungatina que marcó la historia de Vendimia, comienza a despedirse

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Con 28 votos, María José obtuvo la corona de Virreina Nacional y llenó de orgullo a su departamento. 

Se acerca una nueva Vendimia, de la que surgirá la sucesora de María José, quien como ella logrará cumplir un sueño, el llevar el atributo vendimial consigo y a su departamento.

La fiesta departamental que la coronó como reina de Tupungato 2018 permitió que el público eligiera a su representante por medio del sistema de voto electrónico.

La particularidad de su participación es su maternidad, ya que fue la primera soberana mamá en la historia de Vendimia, rompiendo las estructuras tradicionales de la fiesta. Su hija, Ema, es fundamental en su vida pero no le impidió concretar su anhelo, a los 22 años.

La cotidianeidad la resuelve entre el trabajo, la familia y, hace un tiempo, sus obligaciones como deslumbrante embajadora, que son de lo más variadas. Es diseñadora gráfica y publicitaria y está en pareja con Emiliano Guidone, desde hace 10 años.

Refiriéndose a lo que le dejó la vendimia, María José expresó: “Crecí como mujer, como persona, aprendí a valorar a todos los que me acompañaron en este camino. Rescato cada abrazo, cada sonrisa, cada palabra y el amor y la oportunidad que me brindó mi pueblo.”

Su actividad oficial comenzó con el tan tradicional desayuno de reina y virreina, las fotos y entrevistas del día después y la Vendimia solidaria, como puntapié inicial en el universo real.

María José destaca que, a lo largo del año, asumió diferentes responsabilidades relacionadas al turismo, a la cultura, al plano social y solidario. “Todas estas actividades me ayudaron a acercarme, conocer y acompañar las necesidades de cada persona. Fue lo que me propuse”, explicó.

Ahondando en sus obligaciones como virreina, las más significativas fueron colaborar con una Asociación Civil, que crea redes para solucionar distintas problemáticas y como principal objetivo se centró en el bienestar de los niños, por lo que la mayor parte de su acción solidaria se destinó a merenderos, a las comunidades educativas de múltiples instituciones, para promover valores y tradiciones vendimiales.

“Lo que traté de explicar en las escuelas es que el principal actor de nuestra Fiesta máxima es el viñatero”, indicó.

La Virreina destaca que, más allá de su representación institucional y el cumplimiento de sus funciones, el vínculo con los vecinos fue muy bueno y le permitió colaborar con las necesidades presentes. “En conjunto con el municipio y la provincia participe en el día del niño, día de la madre y diversos actos, que permitieron relacionarme más estrechamente con la gente”, señaló María José.

Fuente: Prensa Gobierno de Mendoza