La búsqueda de las dos hermanas israelíes desaparecidas en Mendoza continúa sin mayores novedades durante la mañana de este jueves y crece el misterio sobre su paradero. El foco de los investigadores apuntó contra el hijo de una de las mujeres, no sólo porque fue el último que vio a las mujeres israelíes sino porque su situación financiera no es la mejor y en redes sociales varias personas lo acusaron de «perjudicar a mucha gente» y de «tener problemas psiquiátricos».
La búsqueda de las dos hermanas israelíes desaparecidas en Mendoza continúa sin mayores novedades durante la mañana de este jueves y crece el misterio sobre su paradero.
Pirhya Sarusi, de 63 años, y Lily Pereg, de 54, fueron vistas por última vez el viernes cuando alquilaron un departamento en la calle España al 1139, a metros de la Peatonal Sarmiento, en pleno centro mendocino. Las mujeres luego visitaron en Luján a Gil Pereg, el hijo de 36 años de una de ellas, quien fue el último que las vio cuando las acompañó a tomarse el colectivo.
En las últimas horas, el foco de los investigadores apuntó contra Gil Pereg, no sólo porque fue el último que vio a las mujeres israelíes sino porque su situación financiera no es la mejor y en redes sociales varias personas lo acusaron de estafas con cheques.
En el grupo de Facebook Missing in Mendoza, creado por los familiares de las mujeres israelíes para que la gente aporte información, muchas personas señalaron que el hijo de la mujer «tiene problemas psiquiátricos», además de hacer referencia a sus problemas financieros con deudas que ascenderían a varios millones de pesos.
Ramón solía trabajar como custodio de Gil Pereg y dio su testimonio a MDZ. «Yo no preguntaba mucho a qué se dedicaba. Lo tenía que acompañar como custodio a Buenos Aires porque viajaba seguido para allá. Mi esposa lo vio hace poco y estaba viviendo como un mendigo», contó.
Y agregó: «A mí me estafó con una zapatería que pusimos juntos y me robó un arma. Sé que hace un tiempo le dieron un tiro y tuvo problemas con unas personas. Es un chico con ideas raras, dice que cree en el dios Odín».
«La madre no es turista. Vivió mucho tiempo acá y tenía varias empresas. No sé qué pudo haber pasado, pero este chico no estaba bien», completó Ramón.
Fuente MDZ on line