Excepto que sean sin interés. Obedece al aumento del CFT, que pasó a ser del 181% para 2 pagos, del 188% para 6 pagos y de 197% para 12.
El arte de tarjeteo pasó a ser el peor de los negocios habidos y por haber, ya que pagar en cuotas (excepto que sean sin interés) puede llegar a casi triplicar el precio del producto. Obedece al aumento del costo financiero total, que pasó a ser del 181% para los dos pagos, del 188% para los seis pagos y del 197% para los 12 pagos. Si bien fue sólo 1 punto porcentual la suba, lo preocupante es la tendencia ascendente.
«Lo que está sucediendo es que el consumidor no está convalidando el costo financiero de las cuotas, priorizando el costo total por lo que elige plazos bien cortos. Esto mejoraría mucho si, por ejemplo, Ahora 12 volviese a costos razonables para el consumidor», advierte el directivo de una de las grandes cadenas comerciales.
El presidente de otro de los gigantes del retail lo confirma: «La gente paga más en efectivo, un pago con tarjeta o débito», describe.
Otro jugador importante de la industria de electro revela que «cae mucho la venta en general . El año cerró con meses de caída del 40% comparadas con 2017 pero en promedio cerró entre un 25 y 30% abajo».
Las ventas en cuotas se derrumban, ya que según datos de Prisma a los que accedió este diario, en noviembre de 4 a 6 pagos cayeron 36% interanual, de 7 a 12 cuotas la merma fue del 44%, de 13 a 24 tuvo un bajón estrepitoso: del 82%, mientras más de 24 pagos cayeron 55%.
En promedio, las ventas disminuyeron 14%, mientras en un pago subieron 24%, con débito 17% y con crédito 15%. En grandes comercios las ventas con tarjeta cayeron 17% y en los pequeños un 12%. Hasta en supermercados bajaron las ventas con plástico 5%, en construcción 14%, en electrodomésticos 34%, y en indumentaria la merma fue del 17%.
Ahora, el peor problema es pagar el mínimo de la tarjeta, que si bien es una tentación irresistible, puede salir muy caro. Conviene sacar un préstamo personal en caso de no llegar a poder pagar el total, pero nunca pagar el mínimo, ya que los bancos elevaron en promedio el costo financiero total del 110% a 130%.
Una estrategia es ver qué día vence la tarjeta, de modo de postergar las compras de mayor importe para el día siguiente, y así ganarse un mes más de plazo gratis. Otra es ver si el día que vence el resumen coincide cuando se cobra el sueldo. En caso de que sea antes, pedirle al banco correr esa fecha para que coincidan, de modo de no retrasarse con los pagos.
Varios bancos saben que la mora está creciendo, entonces algunos están ajustando los pagos mínimos. «La gente que empieza a revolear (por hacer revolving, que es como se llama en la jerga a pagar el mínimo) posiblemente caiga en mora, entonces subimos el pago mínimo para forzarlo a pagar más y achicar la deuda, de modo de reducir el impacto de una posible mora. Claro que esto hace caer el consumo, porque hoy la gente está usando la tarjeta para poder pagar la comida en el supermercado», revela un banquero.
En la actualidad, con las altas tasas vigentes y la restricción a nuevos créditos que existe en el mercado, los bancos quieren evitar que por un uso excesivo de la tarjeta el saldo se convierta en incobrable. Por eso cortan de raíz la posibilidad de seguir usándola si no se tiene capacidad de realizar el pago mínimo.
La situación actual es producto de la cautela que tienen los bancos respecto al aumento en la morosidad de sus carteras. Aquellos bancos que tiene también vinculados negocios de crédito al consumo les ha impactado aún más la crisis.
Hoy la gente no quiere convalidar las tasas con interés que cobran las tarjetas, entonces se hacen muchas operaciones en un pago, mientras las transacciones con débito van incrementándose: «En tanto, las cuotas sin interés que se ve es solamente en productos seleccionados, que no suelen superar los 15 ítems, pero la gente no quiere las cuotas con interés», describe el presidente de una de las cadenas de retail más grandes del país.
Fuente: Los Andes-Mariano Gorodisch