Reiteró la visión de la Iglesia en pleno debate por la modificación de la ley.
En la fiesta patronal del departamento del Valle de Uco pidió seguir defendiendo el agua y el bien común, y que la ley no se modifique.
«Ustedes viven en una tierra preciosa, en un pueblo maravilloso y fértil. Cuando hablamos del agua tenemos que saber que nosotros somos el agua, el aire la tierra. El agua somos cada uno» dijo en un pasaje de la homilía.
El flamante titular de la Iglesia católica mendocina expresó que «La ley 7722 es una excelente ley que ojalá no sea modificada».
En San Carlos, donde los grupos ambientalistas tienen un fuerte peso político, el religioso agregó: «Este pueblo ha sido un protagonista importante, fundamental en la construcción de esa ley que ha permitido por muchos años cuidar el agua de la contaminación. La construcción de esa ley fue un proceso social admirable que debe ser respetado».
«En el compromiso de la defensa del agua y de todo lo que tenga que ver con el bien común, todos estamos llamados a poner el mayor compromiso y esfuerzo, de acuerdo a la función, a la tarea, al carisma que cada uno tiene como fin de Dios para el servicio».
El arzobispo hizo un llamado a los funcionarios políticos y los dirigentes sociales que «tienen un rol fundamental, una responsabilidad especial en el cuidado de la casa común. Esta responsabilidad de cuidar el agua, la creación, debe exceder lo meramente obligado por la función o cargo que se ocupa, yendo más allá de lo obligatorio.
«Aliento a todos a perseverar en el esfuerzo de cuidar la casa común, con diálogo, con respeto, con serenidad que no es pasividad. Con firmeza, con seguridad. La medida debe ser el amor por el bien común», concluyó.
Fuente: Diario Uno