La actual situación hace prever que la negociación por el Presupuesto 2019 será muy áspera con los gobernadores.
El giro de fondos desde la Nación a las provincias y los municipios se derrumbó 20 por ciento en el primer semestre del año, respecto del mismo período del año pasado, en el marco del fuerte ajuste fiscal que viene implementando el Gobierno de Mauricio Macri.
El escenario actual de baja real de las transferencias a las provincias hace prever que la negociación por el Presupuesto 2019 será muy áspera con los gobernadores, quienes apoyan el plan oficial que busca equilibrar las cuentas públicas pero temen un aumento de la conflictividad social en sus territorios.
En concreto, los gobernadores tendrán cada vez menos dinero para gastar al menos hasta 2021, en parte por la contracción de la economía -para la cual no hay proyección certera sobre el rebote- y en mayor medida por el propio ajuste fiscal que impulsa Macri.
Según la Ejecución presupuestaria de la Nación computada entre enero y junio últimos, los flujos destinados a los estados provinciales y municipales alcanzaron los 55.547,3 millones de pesos, lo cual significó una baja nominal del 19,8 por ciento anual.
Por un lado, las transferencias de carácter corriente aumentaron 6,9 por ciento en el período de análisis al ascender de 28.646 millones de pesos a 30.610 millones.
Pero eso fue contrarrestado por la baja del 38,6 por ciento en las transferencias de capital, al bajar de 40.646 millones de pesos en 2017 a 24.937 millones en 2018.
Pero, en esta instancia, hay una salvedad clave: a diferencia de lo que ocurría en 2017, ahora el Fondo Federal Solidario (FFS) que se conforma con los fondos provenientes de las retenciones a las exportaciones de soja se computa por fuera del Presupuesto.
Entonces, con esa corrección, la caída de fondos transferidos a provincias y municipios para inversiones de capital arroja un resultado negativo del 20,3 por ciento anual, según analizó la Asociación Argentina de Presupuesto y Administración Financiera Pública (ASAP).
Es que producto de la devaluación del peso frente al dólar y de la aceleración de liquidaciones de divisas por parte de las grandes exportadoras de cereales en el segundo trimestre del año se incrementó la recaudación por retenciones a las exportaciones de soja.
Y eso generó que los recursos del FSS que se reparten en las provincias crecieran en un 15 por ciento (1 punto menos que la inflación), al pasar de 9.783.5 millones en el primer semestre de 2017 a 11.255 millones en el mismo período de este año.
El problema es que a medida que la gestión Macri acelera el ajuste fiscal, también se incrementa el recorte de las transferencias a provincias: en junio, los giros corrientes desaceleraron y crecieron sólo 2,7 por ciento y los de capital se derrumbaron 55 por ciento.
Complicaciones reales
Si bien la baja nominal en el giro de fondo es importante, el cuadro se agrava en términos reales si se tiene en cuenta que los precios minoristas (inflación general) subieron 29,5 por ciento en los últimos doce meses hasta junio.
Además, la devaluación del peso que se registró en el segundo trimestre de 2018 le pegó con dureza a los precios mayoristas. Según reportes del Indec, el Índice de Precios Internos al por Mayor (IPIM) se ajustó un 44,1 por ciento al alza en el último año.
En tanto, la inflación general acumulada a nivel nacional en el primer semestre del año fue del 16 por ciento, lo que superó en 9,1 puntos porcentuales a las transferencias corrientes que los gobernadores deben destinar a áreas sensibles que, en teoría, son impostergables.
Para Educación, las provincias recibieron 15.431 millones; Seguridad Social, 7.047,6 millones; Salud, 3.528,2 millones; y por Relaciones Interiores (que son determinadas de forma discrecional por el Gobierno) 2.292,9 millones.
Uno de los ítems que más crecimiento registró -incluso muy por encima de la inflación- fue el de las transferencias a cajas de seguridad social provinciales, a cargo de la ANSeS, con un total de 7.047,6 millones de pesos, mostrando un alza del 76,2% anual.
Entre las transferencias de capital -que son destinadas a obras de infraestructura- los fondos para Viviendas y Desarrollo Urbano, a cargo del Ministerio del Interior, bajaron un 13,7 por ciento, a 6.313 millones de pesos.
Esa baja fue parcialmente contrarrestada por unos 5.761 millones de pesos para el Programa “Hábitat Nación”, que fue puesto en marcha este año y consiste en urbanizaciones integrales de barrios y mejoramiento de las localidades vulnerables.
A su vez, el dinero destinado a las construcciones a cargo de la Dirección Nacional de Vialidad (principalmente rutas y autopistas) bajó 21,4 por ciento en el primer semestre, hasta los 2.119,6 millones de pesos.
Fuente: Los Andes por Javier Álvarez