No es una novedad que el estado de las calles de las zonas rurales o semi rurales de la región, es bastante malo. La mayoría se encuentran muy deterioradas, en algunos casos, son prácticamente intransitables. Muchas de las arterias no han tenido mantenimiento o reparación desde hace más de un año, por lo que la intransitabilidad responde a los daños causados por las tormentas de principios de 2017.
En otros casos, sobre todo en las calles con asfalto, las banquinas literalmente no existen, debido a la falta de mantenimiento, situación que genera un grave riesgo para peatones y ciclistas que deben transitar a diario. Otro punto, es el arbolado que día a día se deteriora por la falta de cuidados, quemas de pastizales, o “podas” totalmente dañinas.
Desde la jefatura regional de Vialidad Provincial, su titular Gastón Barcenilla, informó hace un par de meses a este medio que, en la medida de las posibilidades, se iba a ir reparando las calles de los tres departamentos. En ese contexto, se inició la reparación de la calle Curto, de La Consulta, después de innumerables reclamos de los vecinos. Sin embargo, a más de dos meses (22 de enero) del inicio de las obras (después de reuniones entre Vialidad, la Municipalidad de San Carlos, Recursos Renovables, e Irrigación), la calle “está peor que antes”. Según varios vecinos de la zona, ahora la calle no solo tiene los baches y pozos de siempre, sino que además, la tierra removida desde los costados ha generado una situación caótica, no solo para los automovilistas, sino para quienes transitan caminando o viven en el lugar.
Entre todos los reclamos recibidos, por la falta de mantenimiento y el estado de las arterias, un vecino de calle Vicente Zapata, de La Consulta, realizó una queja y envió fotografías por los “trabajos” que realiza Vialidad en la mencionada calle. “¿Qué les parece lo que están haciendo los muchachos de Vialidad con los árboles”? Preguntó el vecino, y adjuntó varias fotografías donde se observa el destrozo que una máquina realiza con los árboles, durante una supuesta limpieza o arreglo de la banquina.
Vale la mención que la calle Vicente Zapata mantiene un tránsito vehicular intenso, y que además, es una arteria por donde circulan muchos peatones y ciclistas, algunos porque viven en la zona, y otros porque eligen el recorrido para ejercicio o paseo. Esta vía es un ejemplo de desidia y desinterés de diferentes organismos: el poco arbolado que queda está agonizando, por quemas, por falta de cuidado y ahora, por “el mantenimiento”. También las banquinas son desastrosas, prácticamente inexistentes, lo que genera un riesgo permanente para quienes transitan por el lugar. Los metros que la calle posee a ambos lados, en lugar de estar acondicionada, aunque sea para peatones, es en su mayoría, un yuyal adornado con basura.
Pero la situación de la calle Vicente Zapata no es aislada, muchas de las calles rurales de asfalto, por donde los vehículos se desplazan a gran velocidad, tienen la misma característica: las banquinas prácticamente no existen por falta de mantenimiento. Así ocurre en la calle Ghilardi, una arteria que es parte del corredor productivo, por donde transitan a diario cientos de personas. Circular de noche, a pie o en bicicleta por dicha calle, supone un riesgo extremo. Muchas de las arterias rurales presentan esta situación.
Con respecto a las calles de tierra, la mayoría está en pésimo estado. La lista es enorme, y también es enorme el malestar de vecinos y transeúntes que esperan que alguna vez, lleguen los arreglos.