Por Juan Jofré*
En estos días tuvimos en Mendoza la iluminante presencia de Eduardo Galeano, y esta visita me trajo a la memoria una frase de alguno de sus maravillosos libros: “los políticos conservadores en campaña mueren por la educación, y después, una vez en el gobierno, la matan”.
Paralelo a esto veo en la tapa de un diario provincial de gran circulación, que el vicepresidente Julio Cobos presenta su libro “Educación, único camino” en un lujoso hotel de Buenos Aires. Me sorprende leer que ese libro es la plataforma política con la que aspira a la Presidencia.
Inmediatamente mi memoria me acercó a la conciencia aquella frase de Galeano y, acto seguido, me invadieron las preguntas, las hipótesis y las ganas de escribir.
¿Cómo será esto de que un libro sobre Educación pueda ser la plataforma de una campaña política? ¿Qué conjuros mágicos tendrá la enseñanza que propone el vicepresidente para que sea su mejor carta de batalla?
Lógicamente no he leído el libro, pero estos cuestionamientos me recordaron mis primeras discusiones de política educativa en las aulas universitarias. Bien recuerdo aquel docente que nos fue ayudando a pensar, que me prestaba libros, dudas, frases, pistas para deducir… y me acuerdo perfectamente sus clases respecto de las concepciones ideológicas que preceden cualquier propuesta, cualquier pensamiento.
Decía el viejo Tato que existe entre los conservadores una concepción ingenua del poder de la educación, porque ellos justifican su poder y sus privilegios en la educación que recibieron, en los esfuerzos que hicieron para “ser mejores”. Esta concepción de la educación como la “salvadora” nos conduce a un error sin retorno: creer que todo se salva con educación.
Esta primer verdad descubierta hace años me irritó al principio, porque yo pensaba así, yo creía en la educación como la máxima herramienta; si hasta elegí la docencia porque creía que con ella podía cambiar el mundo.
Con el tiempo me dí cuenta que había razón en eso de considerar ingenua a aquella concepción. La educación no resuelve, por ejemplo, los problemas de pobreza si no hay transformación del modelo de producción. De nada sirve una buena escuela si luego solo hay trabajo para pocos, mal pago, en malas condiciones y, encima, dejando las ganancias en manos ajenas. La pobreza se resuelve en el campo de la economía, no en las aulas. La pobreza se resuelve en las arenas de la política.
También recuerdo de aquellos años haberme puesto a estudiar mucho este tema, porque comprendí que lo que uno piensa sobre la educación lo describe perfectamente como ciudadano.
En esta profundización del tema, descubro que los que confían en la educación como la responsable y única capaz de hacer los cambios sociales necesarios, eran los que más apuntaban contra los docentes, mas los sobreexigían y menos presupuesto destinababan. Por eso dice Galeano que primero mueren, pero luego, la asfixian por falta de presupuesto y sobrecarga de tareas.
La última gran lección que recuerdo de este tema, es que uno puede identificar si una política educativa es conservadora o progresista según su relación con la economía. Los conservadores no fomentan la educación técnica, ni la formación política del futuro ciudadano, sino que priorizan la formación academicista, es decir, prefieren que en la escuela se den muchos contenidos de pocas cosas, priorizando lo elemental y dejando de lado aquello que se relacione con las posibilidades de transformar el modelo productivo.
Los conservadores, como defienden los intereses de una clase privilegiada que se queda con la mayor parte de las ganancias, prefieren una escuela donde no se enseñe a pensar sino mas bien a repetir, una escuela donde no se vean grandes avances tecnológicos, sino que eso lo dejan para quienes puedan pagarlo, y así asegurarse que los que tienen más sigan teniendo las mejores posibilidades de trabajo.
Mis razonamientos siguieron este camino: ¿Será Cobos un político que considera ingenuamente que la educación resolverá todos los problemas? ¿Será Cobos un político de los que hoy mueren y mañana matan? ¿Será Cobos un Conservador?
Fui a buscar respuestas a la historia reciente.
Encontré una noticia del 2009 donde Emma Cunietti y Alicia Cobos, dos de las asesoras de Julio Cobos en materia educativa, anunciaban las propuestas para que la nación imitara la política educativa que Cobos había tenido en la provincia de Mendoza. Aquí anuncian casi las mismas cosas que ahora se publican en el libro, pero hace dos años aseguraban que no tenía nada que ver con las elecciones 2011. Aportaban también en esa nota, que la educación que ellas proponían era la solución a la pobreza. Al encontrar esto ya empecé a pensar que quizás Cobos era un poco conservador.
Seguí buscando y vi noticias del 2005, cuando Cobos era Gobernador de Mendoza. La noticia anuncia que una jueza declaró inconstitucional una política educativa de Cobos. ¿En qué consistía esa política? En sacar Formación Ética y Tecnología de los 8º y 9º, reforzando Lengua y Matemática.
Ya el panorama se me aclaraba.
Encontré también que en el 2005 el SUTE había denunciado la propuesta de conformar tribunales escolares para la decisión de algunos asuntos, porque según el sindicato, planteaba mas trabajo para los docentes, empeoraba las condiciones de trabajo, trasladaba a las instituciones responsabilidades que eran del Estado y, todo por el mismo sueldo.
También pude constatar la mala relación de aquel gobierno de Cobos con las subas de sueldos a docentes y con el aumento de presupuesto.
Ya casi sin ganas de conseguir y leer el libro, recordé el cuarto de hora de este político: votando a favor de las empresas sojeras que envenenan la tierra, arrasan con los campesinos, generan mano de obra esclava, exportan por millones y millones de dólares y según Cobos, no debíamos aumentarles las retenciones.
Convencido de que este libro por presentar es otro ejemplar de los innumerables escritos conservadores sobre la educación, me declaro absolutamente desinteresado por leerlo y, con la tristeza de saber que otra vez se ha utilizado a la educación para fines no tan nobles, dejo de escribir y apago la máquina.
*Profesor en Ciencias de la Educación.