La joven posteó en su facebook la odisea que está viviendo a partir de las negativas y burocracia de una obra social, que no le está cubriendo sus necesidades.
Ana Clara Gómez tiene 20 años y a los 2 años le diagnosticaron parálisis cerebral y discapacidad motriz severa. Su desarrollo, durante todos estos años ha dependido del acompañamiento de la familia y de la fuerza de voluntad de la joven, esa que se convirtió en el pilar de su vida. Ana Clara nunca concurrió a una escuela especial y fue escolta en la primaria y obtuvo muy buenos promedios durante la secundaria.
La joven se comunica a través de una computadora que transmite verbalmente lo que ella escribe. Al contrario de un impedimento, esto se convirtió durante su vida en una puerta de oportunidades. A pesar de no poder hablar, actualmente es estudiante de segundo año de la Tecnicatura en Comunicación Social dictada en el IES 9-015 de La Consulta. También produce microprogramas radiales sobre la discapacidad.
Su fuerza de voluntad ha sido distinguida y premiada en reiteradas ocasiones. En 2015 fue premiada por la Junior Chamber International y la Cámara Argentina de Comercio por sus logros, lo que le dio el pase para la instancia nacional de los premios TOYP 2015 en los que también recibió un galardón. En el 2016 la joven fue distinguida por la Cámara de Diputados por el premio obtenido en Buenos Aires y el 6 de octubre del 2017 presentó su primer libro «Soy Ana Clara», que describe la niñez, familia, anécdotas y la mirada de una persona con discapacidad sobre la vida.
Desafortunadamente, Ana Clara, está pasando un mal momento debido a la mala atención recibida desde la Osep, y lo compartió en un posteo en Facebook:
«No sé qué hacer… si reírme, llorar o tomarlo como un chiste o una tomada de pelo…
Hace un mes y medio recibí una llamada de mi instituto IPRO, al que llevo diecinueve años asistiendo. La dueña me informó que alguien de la obra social (OSEP), se le ocurrió trasladarme a un instituto en Tupungato, nadie me preguntó si quería ir a este instituto, acotando que es muy caro el transporte y así no tenía que gastar tanto la obra social.
El primero de febrero tenía un whatsapp del IPRO que decía que me daban de baja porque OSEP, me dio de baja.
Y ahora están rompiendo por el certificado de discapacidad, el cual hice los trámites correspondientes y lo tengo hasta el 2028 en tiempo y forma.
No me quieren dar la silla, realmente la necesito para mejorar mi postura, no sé qué tiene conmigo y ahora me sacan mi rehabilitación.
¿Hasta cuándo me quedo sin mi rehabilitación?
Siempre es lo mismo, yo cumplo con mis cosas, con mi rehabilitación, cumplo con mis estudios, cumplo con todo lo que está a mi alcance y además trato de ayudar a otros, como por ejemplo cuando escribí mi libro.
Pienso, ¿por qué quien me debe cuidar como lo es OSEP, no tienen la misma postura? Los tramites son interminable, me niegan casi todo, me ponen trabas a casi todo, llevo 5 años pidiendo una silla de ruedas, ya más de un año del TOBII, que es el aparto que me permite comunicarme y escribir con la mirada, no me permitieron ir a Buenos Aires a hacerme un control en una institución especializada en lo que yo tengo, por lo tanto me las tuve que arreglar con lo que había acá, me atendieron unos médicos de la obra social y me medicaron mal, casi me morí, tal vez eso es lo que querían.
No me es difícil asumir mi condición de PERSONA CON DISCAPACIDAD, se me hace difícil ahora que soy mayor poder entender a quienes me tendrían que cuidar, a quienes me tendrían que dar la oportunidad de ser ante todo PERSONA, de mejorar me calidad de vida, de poder estudiar, de poder independizarme en la medida que pueda.
No escribo esto por bronca, solo lo hago para que sepan que nada es fácil, que todo me cuesta mucho, que la vida de una persona con discapacidad es complicada, pero más complica quienes supuestamente te tienen que ayudar.
IPRO es mi segunda casa, los extraño y pronto voy a volver.
Gracias a quien se tomó el tiempo de leerme, si me entienden, si se sienten identificados, si comprenden que a muchos les pasa lo mismo que a mí, compartan».
Un comentario
Gracias por su acompañamiento. No sólo por mi sino por todos los que dependemos de un sistema de salud que nos tendría que atender bien
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