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Verónica: La tragedia que tal vez pudo ser evitada

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Todas las fallas, errores, deficiencias, problemáticas, de la familia, del estado, de la sociedad en general desencadenaron la tragedia. La nena necesitaba protección y ayuda, y no supimos dársela. Las culpas y responsabilidades en este caso ya no sirven para nada, pero si, tal vez para evitar que tanto abuso, crueldad y desprotección se sigan repitiendo.

La crónica de uno de los hechos más terribles ocurridos en la zona se ha repetido cientos de veces en los medios de comunicación de toda la provincia en los últimos días. Verónica, una nena de 11 años, fue hallada muerta en el río Tunuyán, con signos de ultraje, violencia, abuso y una saña inimaginable e incomprensible.

El viernes la policía rescató el cuerpo alrededor de las 17, de un brazo del río en las inmediaciones del Parque Lombardía, en el departamento de Tunuyán. Pasaron algunas horas antes de pudiera ser identificado, cuando la madre llegó a la Comisaría 15 a denunciar la desaparición de la niña. Desde allí, las crónicas policiales transmitieron la historia que finalizó trágica y dolorosamente, pero que había comenzado tiempo atrás.

Cinco imputados, todos familiares y amigos de la víctima, dos de ellos con antecedentes por abusos o intentos de abusos sexuales. Todos estaban cerca de Verónica. Uno de los acusados, el tío, había sido denunciado por la madre hace solo un mes, porque lo encontró abusando (“manoseando) a la pequeña. El proceso judicial lo dejó en libertad porque no se comprobó el acceso carnal, aunque la nena manifestó que sí lo hubo y, aparentemente se tomaron medidas preventivas de embarazo. La Justicia ordenó que se mantuviera alejado por lo menos a cien metros de la menor, una medida casi absurda, porque la casa del presunto abusador estaba en el fondo de la vivienda de Verónica.

Policías, jueces, padres, vecinos y un Órgano Administrativo judicial que aparentemente aplicó la ley de protección de los Derechos de niños y niñas, desde un escritorio, fueron (fuimos) cómplices del desenlace trágico. Nos faltó compromiso, preocupación, sensibilidad, y responsabilidad. Todas las fallas, errores, deficiencias, problemáticas, de la familia, del estado, de la sociedad en general desencadenaron la tragedia. La nena necesitaba protección y ayuda, y no supimos dársela. Las culpas y responsabilidades en este caso ya no sirven para nada, pero si, tal vez para evitar que tanto abuso, crueldad y desprotección se sigan repitiendo.