Que es hereditario, que solo se da a edad avanzada o que usar corpiño con aro lo provoca. Las evidencias desmienten éstas y otras creencias.
De acuerdo a los datos del Instituto Nacional del Cáncer (INC), el de mama es el que tiene mayor incidencia entre las mujeres, con 71 casos por cada 100 mil. De hecho, las proyecciones en materia sanitaria a nivel nacional indican que cada año se diagnostican 19 mil nuevos casos, que producen 5.600 muertes anuales.
En ese contexto -y en el marco del Día Internacional de Lucha contra esta patología-, el acento está puesto una vez más en la concientización, para instar a las mujeres a hacerse los controles necesarios y realizar en forma temprana el diagnóstico, en el caso de presentar señales de un tumor maligno en una o ambas mamas.
Así, entre las pautas sobre las cuales los especialistas hacen especial hincapié figuran las de llevar una vida saludable (sin tabaco, con actividad física, buena alimentación y adecuado descanso) y realizarse los controles ginecológicos anuales.
Santiago Orrico, jefe del Programa de Detección Precoz de Cáncer de Cuello de Útero y Mama de la provincia, destacó que todas las mujeres de entre 50 y 69 años tienen que realizarse una mamografía por año; y desde los 40 años, el estudio debe hacerse según el criterio del ginecólogo a cargo y en función de las características de cada paciente.
“No hay que olvidar que la mamografía es el método que detecta en forma más precoz el cáncer mamario”, recalcó Orrico, y aclaró que cuando un tumor de esta índole se detecta a tiempo, se estima que las posibilidades de curación rondan el 90%.
Entre los aspectos que toda mujer debe tener en cuenta figura la importancia de que si hay familiares inmediatos (padres y/o hermanos) con antecedentes de cáncer de mama, la mamografía debe realizarse por primera vez diez años antes desde que el/la familiar presentó la enfermedad.
El INC define al cáncer de mama como “una enfermedad causada por la multiplicación anormal de las células de la mama que forman un tumor maligno”. Éstas células normales crecen y se dividen para formar nuevas a medida que el cuerpo las necesita. Algunas veces este proceso se descontrola formando una masa de tejido, que es lo que se conoce como neoplasia.
Actuar a tiempo
Una lista de supuestos mitos giran en torno de la patología, por lo que los especialistas destacan la importancia que guarda el hecho de contar con información adecuada sobre el tema. Aquí, una guía para esclarecer las dudas, en base a las recomendaciones del INC y de ginecólogos consultados.
”Si no tengo antecedentes familiares no tendré cáncer”. Mario Pera, ginecólogo y mastólogo del Hospital Central, destacó que la gran mayoría de los tumores (75%) no está relacionado a la herencia ni tienen una base genética.
Sin embargo, es recomendable que aquellas mujeres cuyos parientes directos hayan presentado la enfermedad se realicen exámenes con mayor asiduidad. Hay que recordar que los antecedentes de ambas ramas de la familia (materna y paterna) son igualmente importantes.
“El cáncer de mama no se da hasta la menopausia”. Dice el INC que si bien es cierto que el riesgo de tener cáncer de mama aumenta con la edad (más del 70% de los casos son mujeres mayores de 50 años) los tumores de mama pueden aparecer a cualquier edad. Por ello, es importante consultar ante la presencia de síntomas.
“Otros factores protectores consisten en amamantar durante 3 meses como mínimo y haber logrado un embarazo antes de los 30 años. Sin embargo, eso no quita la posibilidad de desarrollar la enfermedad. Por eso es tan importante controlarse”, explicó Pera.
“Los corpiños con aro y/o dormir con el corpiño puesto pueden desencadenar en cáncer”. Es aconsejable utilizar un corpiño que no ajuste demasiado ni comprima los pechos para evitar dolores en las mamas o marcas en la piel, pero no existe relación alguna entre la ropa interior y el riesgo de desarrollar la enfermedad. Ernestina Masiá, integrante de la Asociación Cuyana de Mastología y ginecóloga, explicó que el uso o no de corpiño no incide en el desarrollo de cáncer de mama. “Muchas pacientes hacen esta pregunta y la respuesta es que no”, detalló.
“El tamaño de las mamas influye en el desarrollo de cáncer”. Masiá aclaró que esto no es así. De hecho, no existe relación entre el tamaño de las mamas y la probabilidad de tener cáncer. Los golpes, detalló la ginecóloga, tampoco son un indicio de desarrollar un tumor maligno.
“Si no hay síntomas no debo preocuparme”. Según el INC, el 75% de casi 18.000 mujeres que son diagnosticadas cada año en Argentina no tenían ningún factor conocido de importancia; y muchas no tienen síntomas específicos. Por eso es esencial el control periódico.
En algunos casos la enfermedad se anuncia a partir de algún síntoma, como nódulos en la mama, cambios en la coloración o textura de la piel, ganglios axilares duros o persistentes, entre otros. Esos síntomas deben llevar a la mujer a la consulta.
“No hay posibilidad de padecer cáncer de mama si se ha padecido otro cáncer”. Es falso. De hecho, el riesgo aumenta si previamente se ha sufrido otro cáncer, como de colon o de ovario.
“Comer pollo aumenta el riesgo de tener cáncer de mama”. Otra falsa creencia. Los pollos no cuentan con ninguna sobrecarga hormonal, y además es una carne blanca por lo que debe incluirse en toda dieta equilibrada.
“La punción desparrama el cáncer”. Las punciones son seguras y no diseminan la enfermedad. Las complicaciones que pueden ocurrir, con poca frecuencia, son hematomas y muy raramente infecciones.
“La ingesta de anticonceptivos favorece la aparición de cáncer de mama”. No hay una evidencia científica que demuestre que los anticonceptivos orales producen cáncer en población sin antecedentes familiares ni personales.
“El uso de desodorantes contribuye a la aparición de cáncer de mama”. Los antitranspirantes no representan ningún riesgo “Tampoco es algo que esté comprobado científicamente, no hay evidencia de que haya relación alguna”, explicó Masiá.
“Siento dolor, por lo que es seguro que no tengo cáncer”. Si bien normalmente el dolor en las mamas no se relaciona al cáncer -tal como explicó Masiá-, éste es un síntoma inicial de cáncer en un bajo porcentaje o en estadios avanzados. Por eso, toda tumoración en la mama debe ser controlada por un médico.
Fuente: Los Andes