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La nada se incrementa

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PERSONAJES: ***

 

Mono 1: “Osote de Peluche”. Tierno y gracioso. Lo quieren todos. Sabe trucos de magia.

Mono 2: Un bolacero de aquellos”. Cuenta historias increíbles. Le pasan las cosas más extrañas.

Mono 3: Soplador de botellas”. Hace fácil lo difícil. Nadie como él maneja las RRPP. Canta con el alma.

Mono 4: El dueño del fóbal”. Anfitrión y fundador de la constelación. Le cuesta llevar la mano al bolsillo, aunque para lo sensible tiene fama de derrochón.

Mono 5: “Pensador afiebrado”. Vaticina sociedades ideales. Cada vez que escribe estremece hasta los ateos.

Mono 6: El Abuelo”. Pisa los 50 (aunque luce -15). Habla poco, se sienta en la esquina y vende aceitunas.

Mono 7: “Imantado o Mamón”. Asiste cuando lo dejan ir.  Melancólico.

Mono 8: “Pintón”. Enamoradizo y Don Juan. Narrador de literatura erótica.

Mono 9: “De Fierro”. Un “sapo de otro pozo” que se compró las barrigas de los primates adueñándose de la parrilla. Carga con el rótulo de gran tipo.

Mono 10: “Cañí”. Como buen gitano lleva la guitarra al hombro. Campeón de metáforas sandungueras.

Mono 11: “Arcano”. Entra y sale desapercibido. Nunca se sabe cómo hace para estar en todos lados.

Mono 12: “El del circo”. Autor de mil y una mojigangas.  Dirigir el tránsito es su número central. De buen comer y fotógrafo oficial.

***NOTA: Ciertas tipologías están inspiradas en una nota que el Mono Abuelo compartió con el resto de los simios y que fue publicada en: http://www.elmendolotudo.com.ar/2010/11/17/los-tipicos-en-un-grupete-de-amigos/

 

(Una casa que hace esquina. Dos puertas de acceso y/o huida, una de ellas clausurada. Dos mesas: una rectangular, dispuesta para la cena; la otra hexagonal, propensa a los juegos de cartas. Sobre el techo apenas se agarra un tubo fluorescente. En un costado un “catre” oficia de cama y sillón. Los comensales, prestos para la cena, van sentándose en torno a la mesa correspondiente, entre risas y diálogos atomizados. La cena está servida. El codo, siempre el codo, del M4 desestabiliza la mesa. Los platos buscan el piso; M3, salva el bien más preciado: el recipiente que contiene el oro negro. Después de los “hurras” que vitorean al “Mono Botellero” se deslizan las primeras conversaciones sin rumbo. Hasta que M2 detiene la marcha y pone las luces de giro).

 

Única escena:

 

Mono Bolacero. – ¡Hola monos! Otra vez el verano. Otra vez la lectura. Otra vez la pregunta: un autor japonés hace que uno de sus personajes se interrogue: ¿La nada se incrementa? (Se hace una pausa. El silencio cae como cuando se desprende un pedazo de techo carcomido por los años. Unos segundos después, toma un hilo de aire y suelta por segunda vez la invitación) Escucho sus meditaciones metafísicas interdisciplinares.

Mono-Oso. (Instantáneamente y con absoluta seguridad) – Creo que sí. En la monotonía. (Todos quedan boquiabiertos. Pensando que, muchas veces -ésta es una de ellas-, la respuesta supera la pregunta. Pasa un fantasma. Casi todos parecen notarlo, menos M5 que metido en su fábrica terminó su manufactura. Y ahí va:)

Mono Afiebrado. – El incremento es una forma de crecer que debiera poder medirse. Considero que la nada no se puede medir. Es por sí misma infinita. Por lo tanto no creo que la nada se incremente. Quizá sí el nihilismo pero aquí estamos los hombres de bien que luchamos contra él.

Mono Abuelo. – Me parece a mí que ha llegado la hora de bucear. ¿No lo creen?

Mono Bolacero. – Ah, no. (En tono irónico).

Mono Afiebrado: – ¡No es para tanto, che!

Mono Abuelo. – Para mí sí; esto merece un entremés…tomar un aire, procesar y después seguir… ¡Propongo un brindis!

Mono Botellero. – ¡Que sea un cincuenta!

Mono Abuelo. ¡Salud! (Los doce monos levantan y chocan vasos; luego beben un trago largo frenando los hielos con los dientes).

Mono Cañí. (Volviendo a medias al ruedo) – Me quedé pensando en lo de los hombres de bien. Hago una pregunta: ¿Existen?

Mono Anfitrión. – Claro que existen…. Lo que no tengo claro es si habrá uno entre nosotros.

Mono Bolacero. – Bueno, bue…. Nos estamos yendo del tópico.

Mono Imantado. – Tenés razón… Esta vez te doy la derecha.…. Mejor sigamos con el tema así terminamos rapidito. Me esperan temprano en casa  y no me quiero ir sin probar esa baraja nueva. ¡Esta noche, los desplumo!

Mono-Oso. – Despacito por las piedras…. Enfrente tenés al campeón invicto.

Mono Imantado. – No me asustan tus medallas. El juego es 1/3 de matemáticas, otro tercio de culo y el 33,334 restante billetera gorda. Esta vez estuve estudiando y, te aclaro, estamos a principios de mes, así que voy por ese sesenta y seis y pico…. Pero sigamos con lo de la nada se incrementa. Tengo mi teoría.

Mono-Oso. – Largá pues, antes que te suene el teléfono y vuelvas a la cucha con la cola y tus pronósticos justo ahí.

Mono Botellero. (Quitándole el turno al “Mamón”) – Ahora pará que tengo el versito.

Mono Imantado. – Dale vos entonces que entre tanta fanfarroneada perdí el hilo.

Mono Botellero. – Me tiro a la pileta (advierte inflando el pecho). Si la nada es lo contrario del TODO (con mayúscula)…. Y para cada persona su todo (con minúscula) tiene un tamaño diferente… Esto significa que el TODO (con mayúscula) se incrementa…. Por ende la NADA (con mayúscula) también… (El juego de palabras los marea. M8 amaga una intervención pero, fiel a su costumbre, se retracta rápidamente).

Mono Pintón. (Primero: dubitativo) – Yo creo que… (Ahora: resuelto) Ha llegado un tufo a otra cosa.

Mono de Fierro. – Al fin escucho algo inteligente. Voto por esa moción. ¿Quién quiere probar el vaquerito?

Mono de Circo. – A mi casa me han llamado. ¡Bien sequito, por favor!

Mono Cañí. (Quitándole la funda a la guitarra y dirigiéndose al “Del Circo”) – ¿Te molesta que vaya despuntando el vicio?

Mono de Circo. – Metele nomás… A mí me queda para un rato. (El décimo mono arranca con unos acordes cuyanos. El grupo se escinde. Unos, seducidos por las cuerdas, arman su ronda. El resto va por los naipes. Entre éstos últimos está M2 que, al rato, se declara en bancarrota. Entonces toma lápiz y papel y ensaya un epílogo)  

Mono de Circo. (Escribe) Si la nada fuera la papelera de reciclaje (ese no-lugar) donde va a parar lo desechable, lo que ocupa lugar al pedo, lo que los hombres hacemos mal, entonces vaya si no estaría lleno de porquerías y si su contenido no iría creciendo día a día….

 

                Cae el telón como cuando se desprende un pedazo de techo carcomido por los años.            

3 comentarios

  1. ¡Gracias por sus comentarios monos «british»! Seguiremos imaginando verdades con disfraz. Arriba!

  2. Qué imaginación…. si fuera real esta situación ….. cuantas hs de psocólogo necesitaría esta gente. Un abrazo muy buena nota jajajaj

Los comentarios están cerrados.