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La dura recuperación de una tupungatina que se operó un hombro y quedó en estado vegetativo

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Doris Olivera fue intervenida hace cuatro meses en un tendón de su brazo izquierdo. Sus familiares sospechan que existió mala praxis y exigen que alguien se haga responsable de lo que ocurrió.

Doris tiene 43 años, es costurera y se encuentra en estado vegetativo desde hace cuatro meses, cuando fue intervenida en la clínica «A mano» de Godoy Cruz.

Un procedimiento que parecía simple en un tendón de su hombro izquierdo terminó dejándola en un estado de mínima consciencia desde entonces y su familia está convencida de que existió mala praxis de parte de los profesionales intervinientes. Una convicción que fue reafirmada en una de las últimas juntas médicas que tuvieron con las autoridades y profesionales de la clínica, donde les habrían reconocido que fue un «accidente anestésico» lo que dejó a la mujer en ese estado.

Desde la clínica aseguran que el procedimiento fue realizado por un cirujano contratado por la obra social, y dijeron estar dispuestos a colaborar con la justicia para esclarecer lo sucedido.

«Nos dijeron eso y que le querían dar el alta porque creen que su estado es irreversible. Les preguntamos quién se va a hacer cargo de lo que pasó y dijeron que eso lo determinará la Justicia», cuenta Franco, el hijo de Doris.

El joven de 19 años debió dejar los estudios universitarios para acompañar a su madre en la clínica durante prácticamente las 24 horas del día. «Lo único que puede hacer mi mamá es abrir los ojos. No se mueve, no puede hablar y se alimenta a través de un tubo. Tenemos que movilizarla a lo largo del día para que no se le generen otras complicaciones», describe la dramática situación.

La versión oficial que recibieron los familiares de Doris es que a la mujer le bajó la presión y tuvo un paro cardíaco en el quirófano, a raíz del cual debió ser reanimada durante al menos tres minutos. «Nos dijeron que primero le pusieron anestesia local pero como la notaron muy nerviosa decidieron hacerle anestesia total. Creemos que en ese momento se produjo el incidente que la dejó así», agrega Franco.

Una mujer de 43 años se encuentra en coma desde hace dos meses tras una intervención quirúrgica en un tendón de su brazo izquierdo. Su familia sospecha que existió mala praxis.

Rehabilitación complicada

Si bien inicialmente un numeroso equipo de profesionales trabajó en la recuperación de Doris, la rehabilitación se fue retirando de a poco y la clínica insiste en darle de alta, entendiendo que la situación de la mujer es irreversible.

«Estaba trabajando con una neuropsicóloga, una fonoaudióloga, un kinesiólogo motor y uno para la parte respiratoria. Hace tres semanas le cortaron todo y nos dijeron que hasta ahí llegaba la rehabilitación. Dicen que en los primeros tres meses es donde existen más posibilidades de recuperación. A partir de ahí las chances son menores», se lamenta Franco.

En un principio se contempló la posibilidad de trasladar a Doris a la fundación San Andrés, ubicada en la avenida Emilio Civit de Ciudad, pero el alto costo de cada día de internación (asciende a los $50.000) llevaron a que la clínica descarte esta posibilidad. «Pidieron presupuesto y parece que no les cerró. Los profesionales que vienen a trabajar en la rehabilitación de mi mamá son de la fundación San Andrés», añade el joven.

«El traumatólogo que la operó se borró; el anestesista venía a verla pero después de un tiempo también se borró. Soy consciente de que mi madre ha sufrido daños importantes pero quiero que esté lo mejor posible y que alguien se haga cargo de lo que pasó», cierra Franco.

La defensa de la clínica

En el sanatorio privado de Godoy Cruz conviven los médicos de la clínica con aquellos contratados por las obras sociales, a quienes se les presta el quirófano y la asistencia hotelera para los pacientes intervenidos. En el caso de Doris, la cirugía fue realizada por un traumatólogo contratado de manera directa por la obra social de la mujer, ajeno al sanatorio.

Consultados al respecto, desde la clínica afirmaron que se encuentran a disposición de la Justicia para entregar toda la documentación que sea necesaria para esclarecer lo sucedido. Sin embargo, los familiares de Doris aseguran que desde el sanatorio se niegan a entregar la historia clínica y libro quirúrgico y que han tenido que presentar un recurso de amparo para emplazarlos a hacerlo.

Fuente: Mdz