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Mendoza inauguró una sala de parto acuático pública y a la media hora se produjo el primer nacimiento

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La misma está en el hospital Carrillo de Las Heras y el primer parto en una sala acondicionada para esta modalidad. La mamá tiene 23 años.

El primer parto acuático asistido en Mendoza se produjo hoy en el hospital Ramón Carrillo de Las Heras. El nacimiento del varón cuya mamá tiene 23 años -ambos están en perfectas condiciones de salud y en sala común- ocurrió tan sólo media hora después de que las autoridades de Salud inauguraran la sala pionera en esta modalidad en la provincia.

Según explicó el director del nosocomio, Diego Irigo, ni bien ingresó la joven mamá fue asistida por los profesionales. “La mujer de hoy prácticamente no sintió dolor”, contó Irigo y aclaró que la joven contaba con el perfil adecuado para tener a su bebé en el agua. “Nos alegra ser el primer hospital de la provincia con esta modalidad. No es un modelo para todos los partos, las mamás deben reunir los criterios de bajo riesgo”, aclaró el director del hospital lasherino.

A partir de ahora, a esta iniciativa se podrán sumar todas las mujeres que hayan realizado todos los controles prenatales necesarios, donde los profesionales podrán verificar si tiene un embarazo de bajo riesgo y está en condiciones de dar a luz en el agua. Vale decir que para poder vivenciar un parto en el agua hay que tener más de 16 años y menos de 45, haber tenido cinco controles prenatales como mínimo, que el/la bebé no sea prematuro y que no pese más de cuatro kilos. Por otra parte, la anestesia peridural se utiliza en determinados casos y cuando así se requiere.

El líneas generales, la experiencia de dar a luz en el agua comienza con el trabajo de parto. Una vez en el agua -que ayuda a relajar la musculatura- se disminuyen los tiempos de contracción. La joven que tuvo a su bebé hoy de esta manera dijo que se sintió segura con los profesionales que la asistieron y que casi no sintió dolor, aseguraron las autoridades el Carrillo.

A lo largo de su embarazo, esta mamá se había realizado los controles prenatales en el mismo hospital, lo que hizo más sencillo contar con su historia clínica y demás detalles del embarazo.

“Se acondicionó la bañera con agua temperada y luego de ubica a la mamá acostada, semi flotando, confortable. Los obstetras la atienden desde afuera, controlan oxígeno, sonda, etc”, dijo Irigo y aclaró que esta modalidad no existe en ningún hospital público o privado en Mendoza”.

La técnica de alumbramiento en el agua tuvo lugar en una de las dos salas de Trabajo de Parto, Parto y Recuperación (TPR) de hospital lasherino.

Durante el acto, la ministra Claudia Najul expresó: “Hoy estamos inaugurando una sala de TPR, sala de trabajo de parto, parto y recuperación, todo se realiza en un mismo lugar. Es la primera en la provincia de esta modalidad, que cuenta con una herramienta más para el tratamiento del dolor, que es una bañera de hidroterapia y manejo del dolor”.

La funcionaria enfatizó que esta modalidad está en sintonía con la concepción e humanización del parto, un aspecto que se encuentra legislado a nivel nacional. Y agregó que a corto plazo el objetivo es incorporar una sala con estas características en el hospital Luis Lagomaggiore.

Irigo agregó que el proyecto para inaugurar la sala de parto acuático lleva a cuatro años y de hecho, un equipo de obstetras y ginecólogas del hospital viajaron a capacitarse, a través de la Organización Panamericana de la Salud, al hospital Sofía Felman de Brasil, referente en esta materia.

¿Qué es el parto acuático?

Es el parto realizado en una bañera especial, con la presencia de los especialistas y de un familiar de la madre. Con esta metodología, se apunta al trabajo natural, a evitar la aplicación de anestesia, a evitar la episiotomía, el corte en el periné para facilitar la salida del bebé.

¿En qué beneficia a la madre y al bebé?

Los partos bajo el agua gozan de la ventaja de conectar la forma natural y primitiva de traer un niño al mundo, aliviar el dolor de la madre y generar que el nacimiento sea menos traumático para el bebé, gracias a la temperatura del agua (37 grados) y la asistencia de los profesionales y de un familiar.

En cuanto al lugar, se debe acondicionar para que la mamá se sienta a gusto.

Esto sería: disminución la intensidad de la luz, música de fondo, asistencia personalizada y salas climatizadas. Además, ayuda a tener un parto “lo más natural posible” y sin ningún tipo de intervención invasiva. Es un parto en el que el trabajo lo hace principalmente la mamá y la persona que ella elija como acompañante.

Con respecto al agua, funciona como analgésico natural para mejorar el bienestar de la mamá mientras dura el trabajo de parto.

Fuente: Los Andes por Zulema Usach