Se trata de un tramo de Marconi, en Tupungato. Denuncian que está en condiciones deplorables. Finqueros desagotan allí el agua. No hay acequias.
A las 8 (elegí el día escolar que quieras), el reloj marca temperaturas bajo cero en el Valle de Uco.
A esa hora, Patricia Pérez alzó en sus brazos a su hijo Nelson, de 9 años, para evitar que se mojara con el agua que inundaba algunos sectores de la ex calle Asistente Ubilla, conocida popularmente como Marconi, que va hacia la escuela primaria homónima.
La mujer, que ese día no tuvo para pagarle el medio boleto para que lo transportara el colectivo, caminó con él a cuestas y las lágrimas contenidas, recordando que no es la primera vez que eso le ocurría. Ya antes había tenido que sortear varios obstáculos para que sus dos hijos mayores, hoy en la secundaria, pudieran llegar limpios a estudiar.
«Uno se cansa. Y hoy me duele porque tampoco es justo que él y otros compañeros se pasen toda la mañana mojados o llenos de barro y tierra, porque tienen derecho a estudiar en las mismas condiciones como cualquiera», soltó esta mujer de 47 años, que le puso voz a uno de los reclamos que hace más de dos décadas se repite en Tupungato.
Es que los más de 2 kilómetros que unen este edificio escolar, en plena zona rural, con la calle Asistente Ubilla, en pleno centro tupungatino, presentan varias condiciones desfavorables considerando que supo ser un arroyo, antes de que marcaran una huella para el tránsito de vehículos.
En ella, no hay acequias ni mucho menos veredas; no hay señalización a pesar de que es permanentemente transitada por autos y camiones. Tampoco está asfaltada, lo que lleva a que tenga que ser regada y mantenida con máquinas, lo que denuncian que no ocurre con frecuente. A eso se le suma que las fincas lindantes desagotan los sobrantes del agua de riego en la calle, generando pozos profundos y barro.
Distintos reclamos
«La mantención es ahora peor que antes. La suba de impuestos extravagantes que hubo recientemente vino con muchos servicios agregados, como limpieza de árboles, cuando eso hace mucho que no se hace. Se limpia hasta cierto punto, que es hasta donde se ve, desde Asistente Ubilla. Después de la primera curva a veces no pasan», denunció Miguel, que vive sobre esta arteria, describiendo que «hay que ir esquivando ramas».
Son muchos los habitantes que han reclamado reiteradamente a los organismos que debieran intervenir, que son varios, y por eso las promesas de solución también han existido, aunque sin concretarse. Es que esta calle pertenece a Vialidad, pero el Municipio brinda servicios e ICAT (Inspección de Cauces Asociados Tupungato) es el que debe controlar el manejo de agua de las fincas.
Además de los que residen cerca, los miembros de la escuela Guillermo Marconi varias veces han elevado notas y han mantenido reuniones con autoridades para pedir mejoras, aunque sin resultado aún.
«Estamos padeciendo a más no poder. Tiene pozos, barro, la velocidad de los vehículos es impresionante. Es lo de siempre. A veces para que la arreglen tenemos que avisarles y llamarlos. Los días de lluvia es terrible. Va a pasar que por el polvo un día no vamos a ver a quien va caminando y lo vamos a llevar por delante», comentó una de las docentes de mayor antigüedad en la institución.
Hay intenciones, pero no obras
«Hay varios lugares del Valle de Uco donde tenemos este mismo problema. Que hay regantes que no ocupan el agua y la tiran a la acequia o a la calle. ¿Cuál es la solución? Que se los multe, pero no queremos llegar a eso. Pero deberían ir de Irrigación a notificarlos», expresó Fernando Rojas, consejero ejecutivo Zona Centro, y pidió que los vecinos denuncien las situaciones puntuales , pero cargando responsabilidades sobre los inspectores de regantes.
Además, destacaron que para poder asfaltarla hay que solucionar antes el tema del desagote de agua. Con respecto a esto, Julio Aguado, presidente de ICAT , dijo que deben ser Vialidad o el Municipio los que intimen a los propietarios de fincas, ya que «el problema es que hay unas 6 o 7 que no tienen puentes de acceso y eso produce que el agua se tire ahí».
«Las acequias previstas no pueden ser mayores porque está la cañería de agua. Si se quiere asfaltar la calle, van a tener que hacerse un colector o cuneta», agregó Aguado.
Sin punto medio. Cuando no hay agua, es un tierral.
Desde el Municipio, adonde históricamente han recaído las principales denuncias, el intendente Gustavo Soto dijo conocer la problemática y que una solución podría estar entre las próximas obras viales, aprovechando que la Comuna adquirió maquinaria para pavimentar sus calles.
«Tenemos que hacer un convenio porque nosotros podríamos poner la maquinaria pero deberíamos ver qué obra asume cada uno», comentó Soto.
El intendente Soto aseguró que es una de sus prioridades porque le urge que, además de la calle Roca, haya otra vía de acceso hacia el Sur del departamento, ya que sólo la Marconi es la alternativa.
Fuente: Diario UNO
Un comentario
Exactamente lo mismo pasa en el Callejon Brasil al costado Sur de la Esc Vicente Gil en San José. Muchas veces se tiene cerrar la entrada a la escuela por ese sector pq el callejon parece un río!!!
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