La Municipalidad de San Carlos, propone que el lugar de paisajes inigualables, se convierta en una alternativa para unir al Valle de Uco con San José de Maipo.
Cuando el reloj marcó las 8 del último viernes de marzo, José Casas le dio un profundo vistazo al paisaje que le devolvía el reflejo de la Laguna del Diamante, respiró profundo y empezó a correr pensando su nueva hazaña.
Doce horas después, el trote que inició en San Carlos y que se prolongó por 95 kilómetros llegaba a su fin al otro lado de la cordillera, en San José del Maipo.
No sólo él se emocionaría con el logro. Es que a este albañil sancarlino, con una destacada trayectoria deportiva, lo acompañó un grupo de referentes de turismo de la Municipalidad sancarlina que cruzó los Andes en vehículo hasta San Gabriel para comprobar lo que sospechaban y venían anunciando: el paso internacional del Cajón del Maipo no sólo está transitable para unir Argentina con Chile, sino que el sendero tiene paisajes inigualables.
Van por un sendero turístico
«La situación fue de gran sorpresa. Es un paso que está bien mantenido y es posible para transitar en vehículo… Y la belleza es increíble. Al principio mostramos voluntad de que era posible, pero no sabíamos con qué nos encontraríamos del lado chileno», aseguró Ricardo Funes, director de Turismo de San Carlos, que se sumó como expedicionario a la travesía «Enlazando hermandades», que tenía como objetivo lo deportivo –logrado por Casas– y además darles visibilidad a las condiciones del camino, con sus pros y contras.
Según afirmaron, este fue su «kilómetro cero» en lo que respecta a las gestiones que harán en torno a lo que nació hace unos meses como una intención, que el mismo intendente Jorge Difonso hizo pública. La de querer poner en agenda a este paso para que sea otra de las alternativas para unir al Valle de Uco con San José del Maipo, así como también busca concretarlo Tunuyán con el proyecto de la Huella Turística, por el paso Portillo Piuquenes.
Ahora la idea es afianzar vínculos con autoridades chilenas y con otros organismos provinciales y nacionales para avanzar en abrir el acceso a la huella, que podría ser explotada de forma controlada, sólo para turismo o recreación.
«La huella está. No hay que hacerle nada. Sólo hay que sacarle las trabas. Al paso le hace falta voluntad política», agregó el funcionario.
Es que hoy los principales límites para recorrer la opción de los sancarlinos, del lado argentino, se encuentran en el ámbito legal del área de Ambiente, ya que Guardaparques declara zona intangible a la que va del río Diamante hacia el oeste, hasta el paso Maipo, permitiendo que sólo algunos entren.
«Están privando a la comunidad de conocer un espacio volcánico, pero con poca justificación», apuntó Funes, aclarando que otra traba radica en que el paso está habilitado por Migraciones como temporal, pero con exclusividad para operarios de Gas Andes, gasoducto que atraviesa la zona. Del lado chileno el problema es otro: los primeros 60 kilómetros desde el límite hacia San Gabriel pertenecen al fundo Cruz de Piedra, por lo que se considera propiedad privada. Pero esto último rige desde mediados de los ’90, cuando se construyó el gasoducto. Desde los años 50 hay antecedentes de tránsito libre por allí.
En lo paisajístico, quienes tuvieron la experiencia de recorrer el sendero describieron como inigualables las postales de una caldera volcánica ofreciendo una vivencia con campos de lava, como el de una planicie roja. También las lagunas escondidas, el impacto visual de la transformación del paisaje en el que hay desde vegas, la naciente del Maipo, quebradas, aguas termales, hasta valles multicolores y bosques autóctonos.