La gente copó las calles de los diferentes distritos del departamento para homenajear a la soberana.
“Mirá cuánto cariño. ¡Es increíble”, soltó emocionada la Virreina Nacional de la Vendimia, Romina Méndez Pataro, mientras sonreía y saludaba.
Del otro lado del vidrio -en la vereda de un café de La Consulta- un enorme gentío la observaba, sin perder de vista cada uno de sus gestos, mientras le mostraban carteles y le ofrecían en igual medida sonrisas y besos.
Con dos horas de atraso -entre otras cosas por el fuerte viento Zonda que azotó en horas de la tarde al departamento-, la caravana de la representante de San Carlos arrancó a las 20 desde el centro de La Consulta y recorrió casi todos los poblados del departamento.
Los sancarlinos salieron a la calle desde los barrios, los comercios, las fincas y hasta las bodegas para ver pasar a la morocha de ojos claros que el domingo pasado conquistó al pueblo mendocino y logró el virreinado 2017, que ayer llevó a su tierra para celebrarlo con su gente.
La demora hizo que en algunas zonas rurales las familias esperaran largo tiempo sobre la ruta y apenas pudieran verla pasar en el interior de una trafic. Pero en las ciudades sancarlinas, el paso del carro vendimial se convirtió en una verdadera fiesta.
“Buenas tardes San Carlos. Gracias por acompañarme», saludó la soberana por micrófono desde lo alto del vehículo, mientras arrojaba caramelos a los más chicos.
Fanáticas número uno de Romina, un gran número de niñas y hasta bebés la esperaron en los barrios ataviadas con coronas, cetros y coloridas capas, acordes a la ocasión.
«Felicidades por tu gran logro. Te queremos», rezaba un cartel que sostenía una familia a pleno, quienes armaron un verdadero camping con mate y tortitas al frente de su casa para amenizar la espera. Hubo quienes adornaron sus autos con globos, carteles y fotos de la chica de Pareditas.
“Estoy muy ansiosa por volver a mi hogar. Teníamos dos eventos estos días, pero con Vicki (por la Reina Victoria Colovatti) pedimos que los cancelaran para poder estar con la familia. Y el domingo se viene de gran asado gran”, comentó entusiasmada la muchacha, mientras la gente le seguía reclamando fotos y sonrisas.
El recorrido -que inició en la calle Curto y San Martín de La Consulta- pasó por la villa de San Carlos, por Eugenio Bustos y terminó, pasadas las 22, con una gran fiesta comunitaria en la plaza de Pareditas, donde los vecinos, familiares y amigos de Romina pudieron reencontrarse con ella y felicitarla en persona.
También estuvo allí, celebrando el virreinado obtenido, el intendente Jorge Andrés Difonso y muchos otros funcionarios de la comuna. “Le teníamos mucha fe. Sabíamos que iba a estar entre las primeras”, sonrió María Guajardo.
A su lado, su hija Sofía esperaba nerviosa que asomara Romina para tomarse una foto con ella. Valentina Camerucci, de dos años, en los brazos de su mamá se acomodaba la corona para lucir parecida a ella.
La soberana confesó que durante el año de su virreinado quiere priorizar el trato y ayuda a los productores vitivinícolas de la región. Sin embargo, en contra de la pronunciada oposición sancarlina contra los proyectos mineros, ante la pregunta Romina dijo que «prefiere no hablar de esas cosas».
Defendió el voto popular en el escrutinio vendimial mendocino. Dijo no estar enterada de que sus ‘colegas’ sureñas habían recibido pocos o ningún voto.
“Igual lo defiendo. Yo vencí en San Carlos, viniendo del distrito más alejado de la Fiesta. Mi estrategia fue caminar la calle y mostrarme tal cual soy”, sostuvo.
Y añadió: «Estoy feliz de reinar junto a Vicki. Desde el principio nos llevamos bien, porque ya nos conocimos como reinas de los Estudiantes».
Fuente: Los Andes (Gisela Manoni)