Sin Acorde, la banda que nació, crece y camina junto al rock

Por Mariana Santarossa

El rock sancarlino va “echando raíces” de la mano de Sin Acorde que desde el año 2010, va encaminando su proyecto presentando diversos covers de rock  nacional y actualmente su primera composición musical.

Durante un encuentro luego de su presentación en el “Club Bar”, los pequeños talentos nos cuentan acerca del presente de la banda, sus visiones en torno al universo musical y los proyectos de la misma.

Bianca Laudecina (13 años) en coros, Vicky Pavez (15) en bajo, Laureano Benegas(13) en batería y Agustín Laudecina (16) en primera guitarra y voz forman parte de “Sin Acorde”. Tras colmar el local y deleitar al público con sus interpretaciones, los jóvenes que admiten haber sido alimentados de rock desde la cuna, cuentan que su primera canción llamada “Tu destino y el mío” está dedicada a la música, que en su letra expresan cómo llega ésta a ser tan importante en sus vidas.

Los pequeños talentos confiesan que uno de sus objetivos es incentivar a otros chicos con su música. Creen que las bandas locales  van progresando y se sienten apoyados por las mismas.

Por otro lado manifiestan que el rock ha sido primordial en su formación. Consideran que el género no se comparan con los ritmos comerciales ya que para ellos estos últimos no trasmiten valores por la amistad, el amor y la propia música.  “Ahora escuchamos algunas canciones comerciales con letras vulgares que cada vez tienen menos complejidad” opina Vicky.

Conscientes del extenso recorrido que los espera, Sin Acorde aspira a grabar un demo para promocionar canciones de su autoría; espera continuar incursionando en nuevas melodías y  letras en pos de consolidar su propia identidad como grupo.

Finalmente con el rock corriendo por sus venas y ya terminando con la nota,  los chicos resaltan la ayuda que reciben de sus familias. Se definen como afortunados  por contar con padres que han sido parte de pasados escenarios, que aportaron en sus épocas el grano de arena al género local en el cual sus hijos se encuentran forjando actualmente. “Aunque el lugar esté vació la familia siempre va a estar” concluye Agustín.