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Tunuyán celebra el 194 aniversario del Retorno a la Patria del General San Martín

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La epopeya y el regreso del héroe latinoamericano quedaron plasmados en la obra del escultor Luis Perlotti. San Martín regresaba a su Patria, y su amigo Olazábal salía a su encuentro. Luego pernoctarían bajo unos ponchos, atados a un manzano. El histórico momento será conmemorado este 29, por la Municipalidad de Tunuyán, a las 11 horas, en la explanada del monumento Retorno a la Patria.

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El regreso de San Martín y su encuentro con Olazábal

Según la tradición sanmartiniana el 29 de Enero de 1823, al pie del paso del Portillo (hoy manzano histórico – entonces cajón del Manzano) San Martín de regreso del Perú, luego de su histórico renunciamiento, habiendo partido de Chile a mediados de enero, se encontraba con el otrora cadete del regimiento de granaderos a caballo, entonces Coronel Manuel Olazábal quien en conocimiento de la llegada de San Martín a Mendoza había salido a su encuentro para recibirlo, al bajar este, la cumbre de los Andes. El monumento “Retorno a la Patria” (obra del escultor argentino Luis Perlotti, y que fuera erigido entre 1949 y 1950) recuerda aquel emotivo encuentro.
Por lo general los monumentos sirven como símbolo o recordatorio de las glorias o acciones pasadas de quienes son sus protagonistas, así pues estamos acostumbrados a encontrarnos en distintas ciudades del mundo y en especial Argentina con la estatua ecuestre del Gral. San Martín con su uniforme, caballo de batalla y sable en mano como muestra de sus glorias militares, sus hazañas personales y epopeya trasandina. Sin embargo el monumento enclavado al pie de los Andes, en el Manzano Histórico más allá de destacar los valores de solidaridad, amistad y humildad, representa un valor mucho más trascendente y necesario de rescatar en estos días y que es nada menos que el renunciamiento del Padre de la Patria.
Así como la estatua ecuestre que citamos anteriormente representa al San Martín victorioso luchando por un sueño: la Independencia de América, el Manzano Histórico trasunta al hombre que logra vencerse a sí mismo, aquel que renunciando a todo poder, honores y riquezas decide autoexcluirse voluntariamente de la vida publica conciente de que su obra ha terminado, pues al decir de sus propias palabras: “Presencie la declaración de la independencia de los Estados de Chile y del Perú, existe en mi poder el estandarte que trajo Pizarro para esclavizar el imperio de los Incas, y he dejado de ser un hombre público; he aquí recompensado con usuras diez años de revolución y guerra. Mis promesas para con los pueblos en que he hecho la guerra están cumplidas: hacer su independencia y dejar a su voluntad la elección de sus gobiernos… mi existencia misma la sacrificaría antes de echar una mancha sobre mi vida publica; que se pudiera interpretar por ambición… “
El hombre que había decidido la suerte de estados opulentos vuelve sin más afán y ambición que el de descansar en su ínsula cuyana luego de tantos años de penurias, sacrificios y desvelos. Mostrando de esta forma nuevamente el estoicismo de sus principios y la coherencia entre sus pensamientos, palabras y acción, que lo distinguirían durante toda su vida. Así volvía el conductor de hombres transformado ahora en un criollo de palabra y un hombre sencillo que solo aspiraba la fraternidad de sus compatriotas.
n esta, su última travesía del cruce del coloso andino montado en una mula zaina, cubriendo sus sienes un guarapón de paja de Guayaquil (sombrero aludo) y cubierto su cuerpo cansado por un chamal (poncho chileno), símbolos casuales de su “Patria grande americana” representa sin duda la magnitud de su gesta independentista.
He aquí la importancia de la fecha que recordamos y el monumento al que referimos, su contemplación deben ser un permanente llamado a recordar y practicar los altos valores cívicos sanmartinianos que podríamos resumir en una sencilla pero trascendental frase: “Serás lo que debes ser, o no eres nada”.

El Monumento Histórico

El manzano histórico de Tunuyán, ubicado a 42 km. De la ciudad homónima, 125 km. De la ciudad de Mendoza y a 1.800 metros sobre el nivel del mar, recuerda el paso de San Martín y su encuentro con Olazábal, quienes pernoctaron bajo un pabellón de ponchos armado en un manzano que se encontraba en el lugar. Este es el manzano declarado “histórico” el 7 de febrero de 1.938 por decreto 169/38; y declarado por el gobierno nacional “Árbol Histórico” por decreto 368/975.
Hacia 1.940 comenzaban los trámites para la erección de un monumento a San Martín en el Manzano Histórico, y comenzaba a formarse una comisión que se denominó Proconsagración de Manzano Histórico de tunuyán y que luego pasaría a llamarse Comisión Pro monumento, integrada entre otros por el Doctor Scaravelli, Leonardo Napolitano, Pedro Ramírez, Gregorio Merino, Julio Jury, Mario Constantini, Felipe Rosas, Julio Villanueva, Juan de Dios Videla, Prudencio Vidal A Mieva, Lidoro Chacón, Gabriel Alos y otros; quienes junto al gobierno y la sociedad gestionan en forma paralela la prosecución del camino internacional a Chile, cumpliendo así una doble función de beneficio para la región.
Inmediatamente comenzaron los contactos con quienes pudieran estar interesados en colaborar con la construcción del monumento, encontrando entre las primeras instituciones dispuestas al Ejército Argentino destacándose la participación del teniente coronel Jorge Rodríguez y varios oficiales más. El 6 de agosto de 1942, el suboficial principal Eliseo de Arrascaeta sugirió la construcción de un monumento con un costo aproximado de 6.000 pesos. Así comenzaron los tradicionales eventos de recaudación de fondos, desde rifas hasta colectas entre la sociedad toda. Es de destacar una nota del comisario de la policía de Maipú que remite a la comisión de suma de 27 pesos recolectados ” entre el personal de esta comisaría como aporte para esa magnífica obra”.
De apoco la erección del monumento comienza a tomar importante estado público logrando el apoyo oficial que llega de la mano de dos diputados: Hector J. Cámpora y Raúl Bustos Fierros, quienes entusiasmados por los permanentes requerimientos de la comisión remiten al congreso un proyecto de ley para la erección de un monumento en el Manzano Histórico de Tunuyán. Una vez aprobada la iniciativa se llama a concurso siendo elegido para su realización al escultor Luis Perlotti, quien comenzará sus trabajos en 1949 llegando al 31 de diciembre de 1950, al cumplirse el primer centenario del fallecimiento del Gran Capitán, con la obra concluida y su pertinente inauguración.
Once años habían transcurrido desde que un grupo de soñadores encabezado por el doctor Scaravelli proyectara este hermoso sueño, como homenaje sentido y meritorio cuyo epígrafe se encuentra al pie del monumento gravado en la piedra: “ Renunciamiento a la Gloria”.

(fuente: http://logia-lautaro.blogspot.com.ar/)