El 17 de abril ha sido declarado Día Internacional de la Lucha Campesina como homenaje a los 19 campesinos del Movimiento Sin Tierra asesinados por la Policía brasileña durante una acción de movilización para acceder a la tierra. En total, 19 campesinos fueron asesinados, 69 sufrieron diversas mutilaciones y cientos fueron heridos.
En este marco las organizaciones campesinas de Argentina (Movimiento Nacional Campesino Indígena (MNCI), Foro de la Agricultura Familiar (FONAF), Movimiento Campesino de Liberación (MCL), Frente Nacional Campesino (FNC), Mesa Provincial de Buenos) han organizado diversas actividades a lo largo del país en pos de rememorar a Cristian Ferreyra y continuar el debate por la ley de desalojos.
En Mendoza el sábado 21 se realizará la “Peña y Festival” en la Fábrica de Alimentos Balanceados de la UST de Lavalle. Asimismo se concretarán diversas exposiciones en diferentes unidades de la Universidad Nacional de Cuyo.
El campo es un escenario de disputa entre dos modelos, uno impulsado por las transnacionales que se nutren del capital financiero y la especulación (agricultura industria). Este modelo concentra desocupados en las metrópolis, contamina con millones de litros de agrotóxicos los alimentos, suelos y comunidades; destruye bosques y montañas para avanzar con monocultivos transgénicos.
El otro modelo, “la agricultura familiar y campesina”, produce alimentos sanos y diversos para el mercado local generando trabajo digno y un interior poblado en un sistema productivo que armoniza con la naturaleza.
En América el agro negocio pensado desde los intereses foráneos viene destruyendo las economías regionales y con ellas la producción de alimentos reemplazada por comodities exportables y agro combustibles.
Es por esto que la lucha y resistencia de las comunidades campesinas indígenas y de la Agricultura Familiar atraviesa toda la geografía del país con territorios en los cuales la lucha organización y permanencia campesina y de agricultores familiares han tenido un elevado costo de vidas humanas, vidas indígenas, vidas campesinas.
Con el avance de la agricultura industrial, se ve amenazada la soberanía alimentaria, afectando al campo y la ciudad, restando soberanía nacional y afectando principalmente a la clase trabajadora, urbana y rural.
En ese marco desde las organizaciones consideran que es preciso desarrollar una agenda de luchas y propuestas desde todo el campo popular logrando alianzas entre agricultores familiares, campesinos, indígenas, trabajadores rurales y urbanos en pos de construir la soberanía alimentaria.