Ayer por la mañana la policía allanó las viviendas de 16 familias de la ex estación del ferrocarril de Eugenio Bustos. Acudiendo al aparente sentido común, diferentes radios locales informaron de manera sensacionalista el mega operativo en el cual incautaron una precaria lista de electrodomésticos que bastó para consolidar un estigma social y reafirmar la poca crítica y objetividad que poseen los medios de comunicación en la construcción de la realidad.
Tradicionalmente, los medios de comunicación han legitimado la realidad a través de su discurso, que lejos de ser objetivo e independiente, responde a sus intereses políticos, económicos y sociales.
El pasado miércoles, la policía allanó con una orden judicial a las familias que viven en la ex estación del ferrocarril. Legalmente, el procedimiento cumplió con los requisitos y claramente nadie cuestionó el trasfondo de la orden porque como son “los del ferrocarril”, los que habitan en condiciones precarias y no pagan impuestos, seguramente algo hicieron y son culpables de cuanto elemento desaparezca en el distrito.
Ratificando que los medios de comunicación monopolizan la palabra y visibilizan lo que consideran conveniente sin dar lugar a un contra-relato, diferentes radios del departamento “analizaron” la situación opinando y entrevistando a fuentes oficiales. Hasta el mismo intendente de San Carlos, Jorge Andrés Difonso declaró en una conocida emisora del lugar: “desde el municipio hemos hecho presentaciones, primero en la Fiscalía de Instrucción de Tunuyán y después en el Juzgado Federal de Mendoza por ser un territorio nacional (…) El municipio viene planteando hace un tiempo la necesidad de que esto no siga en las condiciones en la que está (…) Tiene acciones en la Fiscalía de Instrucción porque ahí había también una sustracción de luz, de la luminaria pública municipal (…) No es jurisdicción del municipio, pero se han hecho presentaciones judiciales porque han sustraído energía y hay gente ahí que no es propietaria”.
Lógicamente, tanto el funcionario como los comunicadores pasaron por alto el problema habitacional que atraviesan estas y miles de familias. No debatieron sobre qué políticas se generan desde la comuna o desde diferentes organismos gubernamentales a modo de solución. Tampoco reflexionaron sobre cuáles son los procesos políticos y económicos que llevaron a que un grupo de personas vivan en tales condiciones.
Olvidaron que con respecto a la luminaria, cuando en diciembre del 2012 la policía irrumpió y arrancó sin previo aviso y sin orden judicial todo el cableado que alimentaba de energía eléctrica a las familias, el secretario de Gobierno departamental comunicó que la Municipalidad de San Carlos actuó bajo la ley y aseguró que la medida surgió a partir de la denuncia de un vecino de la zona y no del municipio como afirmó Difonso en sus declaraciones.
Dejaron de lado que en aquella ocasión las familias presentaron en el Concejo Deliberante del departamento, un petitorio para poder acceder al programa “Luz en Casa” de EDEMSA que les permitía contar con un servicio eléctrico digno (en el organismo nunca lo trataron porque según expresó en una entrevista su presidente, Raúl Abraham, el asentamiento “es un florero” que tienen los sancarlinos). También relegaron que organizados (Vecinos en Lucha por el Agua y la Tierra-VELPAT), los vecinos plantearon la necesidad de modificar sus condiciones y que junto a la asociación Crece desde el pie trabajaron en diferentes proyectos de vivienda y alternativas a la temática que intentaron exponer en una charla debate a la que invitaron al mandatario del departamento, a los ediles y a funcionarios de la provincia. Pasaron por alto que se llevó a cabo el 16 de diciembre y que al parecer la ausencia de los representantes políticos fue una clara respuesta al poco interés por resolver la problemática y en promulgar una democracia participativa.
Medios, política y poder realizaron meros prejuicios morales sin recurrir a antecedentes ni otras informaciones. No se cuestionaron por qué ya no viven 16 familias en el predio, sino que son más de 20 desde hace varias semanas.
Difundieron cual placa roja de crónica, una lista de elementos incautados sin aclarar que los materiales secuestrados no necesariamente son robados, sino que no poseen comprobantes de compra como seguramente muchos de nosotros no tenemos las facturas o papeles de los electrodomésticos de nuestro hogar (secuestraron una plancha, una máquina afeitadora, dos guitarras, etc.)
Sin advertir a la audiencia que como actores sociales son partícipes de la formación de la opinión pública, implícitamente promulgaron discriminación y estereotipos. En general, dejaron a los oyentes a la merced de su “única”, “mediocre” y “verdadera” realidad, imponiendo la voz de “una sola campana” y sin ofrecer un espacio de réplica para los vecinos. Insensiblemente se remontaron a la tradicional “opresión” de los medios, la que de alguna manera silencia a los que el reconocido escritor uruguayo, Eduardo Galeano, llamaría “los nadies”: “que no figuran en la historia universal, sino en la crónica roja de la prensa local”.
Por Alejandrina Zotelo
Un comentario
Excelente la nota!
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