Tal como relata la histórica tradición en el departamento de San Carlos, los jinetes partieron en búsqueda del perfumado clavel del aire.
La gran Cabalgata de los Claveles contó con la participación de 1.500 jinetes aproximadamente, y cientos de familias que esperaron a los participante con asado y vino a orillas del Cañadón de La Salada.
La concentración fue en el teatro municipal Neyú Mapu. Desde allí partieron turistas, autoridades municipales, personal del ejército y sancarlinos en general, hacia el desierto sancarlino para revivir una jornada a pura tradición y en familia.
Llegando al arroyo seco, todas las personas que iban montados en su caballo, se detuvieron para entonar las estrofas de Himno Nacional Argentino y ser espectadores de la danza folklórica que desplegó con mucho encanto la Flor de la Tradición 2015, Deolina Estrella. Al mismo tiempo, los jinetes se dispusieron a realizar la gran foto de la Cabalgata para ser imagen del calendario oficial.
Ya ingresando al lugar, se podía ver a las personas que se habían adelantado para empezar a hacer el fuego, armar sus riales y esperar a los guachos con un buen vaso de vino fresco.
Desde el municipio, habían armado un gran rancho con grandes parrillas en donde las personas podían acercarse a cocinar su carne y comerla en el mismo lugar. El espacio público estaba cubierto con una gran sombra y acomodado con sillas, mesas y hasta mozos que le servían a las personas invitadas.
Si bien el gobierno comunal realizo el gran asado tal como lo ha hecho las ediciones anteriores, se informó que esta vez había sido más chico, ya que la gran mayoría de la gente arma sus lugares a la orilla de los cañadones, y traen desde sus casas los que van a comer en la jornada.
Respecto a la seguridad, se contó con efectivos de la policía de Mendoza que colaboraron con la armonía de la jornada. También desde Defensa Civil se abocaron a informar a las cientos de personas presentes, que se estaba formando por los alrededores de Pareditas una gran tormenta, por lo que se advirtió que estuviesen atentos y que a partir de las cuatro de la tarde ya no hubiese más espectadores en el lugar.
Con el transcurso de las horas se pudo percibir la llegada de más personas al lugar para disfrutar del cálido día y de los espectáculos artísticos de grupos locales de folklore que presentaban el pleno desierto sancarlino.
La historia de la tradición de la cabalgata a los claveles
La “ida a los claveles” se realiza desde muchos años atrás en el mes de noviembre, ya que es la época donde florece esta planta, la cual es llamada “del aire” porque crece sobre otros arbustos autóctonos.
El protagonista de esta tradicional costumbre es el gaucho sancarlino quien emprende una larga travesía a La Salada, rumbo al sur, donde se encuentra el monte de los claveles del aire. Allí, si las condiciones climáticas lo permitían, encuentra los deseados claveles, y los trae de regreso para regalar a su enamorada.
El aroma que emana el clavel del aire es exquisito, por ello la costumbre es colocarlo dentro del hogar para que la casa sea perfumada por esta bellísima flor.