Es fundamental la atención temprana para detectar o prevenir patologías.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el mundo hay 7,5 millones de niños en edad escolar portadores de algún tipo de deficiencia visual y sólo el 25% presenta síntomas.
La visión es mucho más que tener agudeza visual perfecta, implica captar la información visual, procesarla, obtener un significado para poder interpretar, estudiar y comprender todo lo que nos rodea, por lo cual los controles oftalmológicos pediátricos son claves en el desarrollo.
En una reciente entrevista con El Cuco Digital, la doctora Vanesa Fernández, oftalmopediatra de la Clínica de la Visión Doctor Drago, destacó la crucial importancia de los controles oftalmológicos en niños sanos, en los primeros ocho años de vida. Según la doctora Fernández, este período es esencial, ya que durante los primeros años, “el ojo va creciendo y madurando, completando sus estructuras, y un seguimiento adecuado puede detectar y tratar cualquier interrupción en su desarrollo”.
La oftalmopediatra recomienda controles desde el nacimiento: “Lo ideal sería que que el niño tuviera un control a los días o semanas de nacido, y luego un control a los 6 meses (estos serían los controles del primer año). Según lo recomendado por la Organización de Pediatría y Oftalmopediatría, los controles recomendados son: a los 6 meses, luego al año, a los 3 años y en el ingreso escolar. Desde ahí, cada año o año y medio es recomendable que el niño tenga un control con el oftalmopediatra”.
En relación a las patologías oculares en los niños, la especialista que atiende consultas en la Clínica de la Visión Doctor Drago, explica que son bastante variadas, y que las más frecuentes son las llamadas estacionarias, como los cuadros alérgicos, conjuntivitis, salidas de orzuelos, entre otras, patologías que se ven en cada estación y que a veces van acompañados de cuadros respiratorios. Estas patologías se atienden con tratamientos sintomáticos en el momento.
Hay otras patologías más graves, asociadas a la agudeza visual. Por eso son tan importantes los controles tempranos, para descartar trastornos de refracción como miopía y astigmatismo, y ver la agudeza visual, comprobando si los dos ojitos están trabajando bien.
Una preocupación particular “es el “ojo vago”, una condición donde un ojo no trabaja al mismo nivel que el otro. Si se detecta a tiempo, el tratamiento con lentes o parches puede ser efectivo para recuperar la agudeza visual”, explicó la profesional, y agregó que en esta patología es importantísimo la detección a tiempo, y la única manera de hacerlo es con los controles periódicos: “mientras antes se detecte es mejor”.
Además, en los controles periódicos también se pueden detectar otras condiciones más graves. “Hay otras patologías más pequeñas como cataratas congénitas, o alguna malformación congénita, alguna tumoración que se puede evidenciar en los primeros años de vida” explica la doctora Fernández, pero recalcando que “lo más frecuente en las atenciones de niños es la refracción, la agudeza visual, y el uso de los lentes, cuando es necesario”.
El 14 de junio finalizó la semana de la Miopía. En ese marco, la doctora Fernández enfatizó la importancia de corregir esta condición, caracterizada por un ojo más ovalado y más grande que impide enfocar a larga distancia. Según la profesional, esta condición se corrige con un lente, pero destacó que hay hábitos que pueden mejorarla o empeorarla.
El uso de las pantallas sin dudas que empeora las patologías o condiciones ya que, el ojo se seca, se irrita, pero además, en los niños que en general, ponen las pantallas muy cerca, enfocando a distancias muy cortas, esto perjudica o incluso potencia alguna predisposición genética que el chico pueda tener. Es decir que, por ejemplo, si el niño tiene una predisposición genética a la miopía, el uso exagerado de las pantallas puede aumentar o empeorar la condición.
Según explica la doctora Fernández es importante trabajar desde la casa, concientizando, limitando el uso de la pantalla a no más de 30 minutos, intercalado con otras actividades, sobre todo al aire libre. Es importante saber que el sol ayuda un montón, y con hábitos más saludables las condiciones incluso pueden detenerse o avanzar más lento. Siempre es importante la consulta con el oftalmopediatra, ya sea para el control, la actualización de la graduación de los lentes, o incluso para implementar otros tratamientos, como el uso de gotas, que se utitliza para frenar el progreso de la miopía.
La doctora Vanesa Fernández concluyó que los hábitos en casa son tan importantes como los controles de la vista. Sin duda que el trabajo en conjunto entre los papás y el profesional oftalmólogo logrará una visión más plena y saludable en los niños.
CONSULTAS
CLÍNICA DE LA VISIÓN DOCTOR DRAGO
Hipólito Yrigoyen 670, Tunuyán, Mendoza
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