Por Juan Jofré
Fin del receso de verano. No logro escribir cuando hace calor. Bienvenido el otoño, vuelven las columnas de análisis político.
Esta vez, quiero escribir sobre una tarea fundamental que es propia de la actividad política: posicionarse, adquirir postura, tomar partido, pararse y mirar desde determinado lugar.
Antes de tomar cualquier decisión que conlleve a una acción, toda persona que se dedica a la política debe analizar información y posicionarse en algún lugar. De ese posicionamiento se desprende todo lo demás.
Un componente más, para comprender mejor, es que todo posicionamiento se da en un contexto, en un aquí y ahora, y, por lo tanto, implica que a veces un posicionamiento del hoy difiera de uno que se tomó hace meses o años, básicamente porque cambia el contexto.
Hay quienes creen que el posicionamiento se da en el momento en que alguien decide participar en política y lo hace en algún partido. Pero no. La actividad política, pone al político en situación de tomar posición en varios momentos y lugares.
La mayoría de las veces, surgen temas o conflictos que obligan a las personas de responsabilidad pública a tomar una postura. Pero hay otras, donde el político más osado y con olfato, se la juega y levanta una bandera donde no la había. Instala un nuevo tema o conflicto, lo genera. Ese es el sueño de cualquiera que hace política: lograr alguna vez poner un tema en agenda.
Generalmente los intendentes, y más aún los mendocinos, suelen ser de los que tratan de postergar sus posicionamientos hasta último momento. La tradición indica que no conviene ser tan jugado, sino más bien ser precavido. De esa forma no se logra destacar, pero sí sobrevivir.
Nuestro país transita por estos días un momento político muy importante. Si el Gobierno Nacional logra la aprobación del gigantesco DNU que modifica cerca de 700 leyes, la Argentina tendrá prácticamente otro marco jurídico, otras reglas de juego.
Es como si lo que se estuviese discutiendo fueran justamente las reglas de un juego. Una vez establecidas, no queda otra que jugar bajo esas reglas.
Ya tuvo dos intentos fallidos. Uno, con lo que fue la llamada “ley ómnibus”, donde no consiguió los votos necesarios. Algunos dicen que por impericia, otros que por traiciones. Lo concreto es que no lo pudo hacer, y cada sector político trató de capitalizar lo que pudo.
El otro revés, fue el rechazo del DNU en la Cámara de Senadores. La esperanza del Gobierno de Milei está en diputados. Le queda solo esa chance. Si no le sale bien, deberá ir presentando leyes más pequeñas, de temas específicos, y ahí intentar conseguir acuerdos.
Donde Milei no ha perdido nada hasta acá, es en mantener el centro de la escena y el protagonismo político, ya que sigue imponiéndose en la agenda de los temas que se hablan y se tratan en la arena política y pública.
El único “jugador” de la política que le “robó” por unos días la centralidad, fue Nacho Torres, el Gobernador de Chubut.
Este joven y aparentemente audaz político, olfateó que era el momento de posicionarse en contra del gobierno nacional y levantar la bandera del federalismo, y se la jugó. El tiempo dirá si estuvo o no acertado, pero hasta acá ha sido el más destacado jugador.
El peronismo y otros sectores opositores, tienen una especie de “posición fija”. Se sabe que van a estar en contra, entonces no llaman la atención. Algo intentó el Gobernador de La Rioja, pero no logró trascendencia. Algo más de atención consigue Kicillof con la sencilla receta de hacer todo lo contrario de lo que hace el presidente.
Un poco de Moreno o Grabois en las redes, pero no mucho más. A la oposición le llevará su tiempo acomodarse a estas nuevas formas en las que Milei los hace jugar.
Por ahora, el radicalismo tiene muchas diferencias entre sus legisladores y gobernadores, y no logra recuperar un lugar central en la escena. Lo que hizo el gobernador Torres lo podría haber hecho tranquilamente Cornejo, porque Mendoza también está siendo muy perjudicada, pero el radical mendocino decidió tomar otra postura, más conciliadora, o especuladora.
Cornejo sabe de esto. Cuando Cristina medía bien en Mendoza, él no se oponía y hasta acompañaba. Cuando la imagen de Cristina cayó, él se paró enfrente y con eso le alcanzó para ganar capital político.
Hoy, tal vez esté en contra de muchas de las acciones de Milei, pero sabe, porque lo mide en encuestas todo el tiempo, que en Mendoza el Presidente todavía tiene mucho apoyo, o le tienen paciencia, y por eso el Gobernador decide no enfrentarlo.
Incluso, decide hacer que sus senadores apoyen el DNU, donde los senadores radicales terminaron votando igual que los de la Libertad Avanza, y que Álvaro Martínez, que era de La Unión Mendocina y ahora ya es abiertamente del equipo de Milei.
Viniéndonos de a poco al pago chico, estos posicionamientos nacionales traen sus consecuencias provinciales. ¿Qué harán los miembros de La Unión Mendocina que no coinciden con Milei? ¿Difonso y Romano de San Carlos y Flavia Manoni de Tupungato, se alinearán con De Marchi y Milei? ¿O se romperá La Unión Mendocina? El tiempo en que tengan que tomar una postura llegará, y ahí lo sabremos.
Pero estos tiempos hacen que casi todos los actores con alguna responsabilidad de representación, aunque no sean de la política, deban también analizar y tomar posturas. Los sindicatos y sus trabajadores han tenido que empezar a tomar posiciones, o al menos debatirla. Su salario y sus condiciones de vida han sido severamente afectadas por una gran caída de su poder adquisitivo.
Los grupos de la cultura y el arte están viendo como sus organismos y fondos desaparecen.
Las asambleas de la provincia que custodian la ley 7722 han tenido nuevamente que posicionarse. Todavía no lo ha hecho ni la sociedad rural ni otras entidades empresariales como la CIAT, pero tendrán que hacerlo tarde o temprano. No solo frente a la situación económica, sino también frente a la decisión del Gobierno Provincial de avanzar con la minería.
¿y los gobiernos locales?
Adelanté que los intendentes suelen mirar y analizar siempre hasta el último. En general suelen ser cautos.
Andraos es tal vez el que está eximido de hacer pública su posición porque se deduce de su cercanía con Aveiro, que está parado en frente de Milei.
Aguilera de Tupungato, no ha expresado públicamente todavía nada en referencia a las discusiones nacionales. Esperará seguramente las posturas de su partido y se alineará por ahí, supongo.
Morillas de San Carlos, tampoco ha tenido expresiones abiertas. Este intendente llegó al gobierno municipal como parte de La Unión Mendocina, que tenía a Difonso y a De Marchi como referentes. Hoy el lujanino es funcionario de Milei y no se lo ha visto por la provincia. Difonso parecería seguir enfrentado a Cornejo pero tampoco tan fuertemente como lo fue el año pasado. Habrá que esperar para ver qué posiciones decide tomar el Intendente.
En los Consejos Deliberantes la actividad política empezó temprano. En pleno clima vendimial hubo sesiones y se renovaron autoridades. Ese suele ser un momento de posiciones fuertes. No lo fue esta vez, porque la ciudadanía está mirando y sufriendo la situación económica, y una discusión de sillones locales se vería como una chiquilinada o una desubicación.
Se vendrán debates respecto a recursos que tienen que ver con impuestos y coparticipación, y otros con relación a problemáticas sociales que se van agudizando y llegando a situaciones críticas. Todas las personas tendremos que ir analizando para tomar posiciones, pero sobre todo aquellas que ocupan lugares de responsabilidades y representación.
No serán tiempos tranquilos. Quienes tengan mejor lectura y puedan tomar posiciones visibles que construyan mayorías, serán seguramente protagonistas de los tiempos que vienen. Quienes equivoquen el posicionamiento, deberán ir, al menos por un tiempo, al rinconcito de los olvidados.
2 respuestas
Acertada y realista descripción de los complejos tiempos políticos y sociales, excelente Juani!
Juani siempre claro como el agua. Una nota que nos brinda unos palos para hacernos varios ranchos a los que hacemos política en San Carlos. Sobretodo para los que no nombró, pero existen.