Tiene 26 años y descubrió su pasión por la música cuando era un niño en escuelas artísticas de Tunuyán y La Consulta. Hoy cumple su sueño en el Salón Dorado del Colón.
Juan Pablo Ganem Ábrego es uno de los jóvenes talentos que representa a nuestra provincia a nivel nacional e internacional. Su pasión por la música la plasma en la interpretación de su instrumento, la flauta, que lo ha llevado a recorrer varias latitudes y escenarios del calibre del Teatro Colón. Ahora formará parte del elenco de músicos del acto central de la Fiesta Nacional de la Vendimia, Coronados de historia y futuro. Se desempeñará como jefe de Fila de Vientos de Madera, además de flautista y piccolista.
Detrás de su exitosa carrera hay varios años de preparación y dedicación. Tiene 26 años, nació en una familia muy amante de la música y particularmente su tía, que es profesora de piano, lo inició en este camino. “Ella era docente de una escuela artística vocacional en Tunuyán y otra en La Consulta. Yo la acompañaba a sus clases desde que tengo uso de razón. En principio me acerqué a la música desde el juego, o sea, nunca lo había pensado en ese momento como medio de vida”, comenta Juan Pablo.
Las escuelas artísticas 5013 de Tunuyán y 5005 de La Consulta fueron fundamentales en su formación. Con respecto a esto, Ábrego dice: “Cuando tenía 14 años, en la escuela de La Consulta, escuché por primera vez el sonido de la flauta traversa y me llamó mucho la atención. No lo conocía. En el colegio había una profe, que justamente fue la primera maestra que tuve en este instrumento. Me inscribí y me acuerdo que era el único alumno”.
Su formación escolar estaba a punto de culminar y tenía que decir cómo continuar su camino. “Mi familia siempre me apoyó y estoy donde estoy también gracias a ellos, pero en su momento recuerdo que me decían: ¿Vas a estudiar música?, porque fíjate que acá es un poco difícil vivir del arte. Pero me di cuenta que la música me había atravesado desde que nací. Era feliz y sigo siendo feliz con lo que hago, entonces dije por qué no voy a hacerlo, por qué no estudiar”, señala Juan Pablo.
A partir de esta decisión, en 2015 comenzó a estudiar la carrera de Licenciatura en Flauta en la Universidad Nacional de Cuyo. Dos años después ganó un concurso y logró entrar como solista en la Orquesta de la Universidad. Actualmente, continúa siendo flautista eventual de este conjunto.
Luego de un fructífero paso por la UNCuyo y un viaje de intercambio a la Universidad Federal de Río de Janeiro, Juan Pablo se recibió con diploma de honor de licenciado en 2020 y en 2021, obtuvo su título de profesor de Música con especialidad en flauta.
Su llegada al Teatro Colón
En 2022, obtuvo la beca del Mozarteum Argentino, la cual tiene dos categorías. La primera es para los residentes de Capital Federal y la segunda para residentes del interior del país. “Es una beca muy solicitada y mucha gente se inscribe. Solamente la reciben 8 personas en todo el país y bueno, fui el único de Mendoza que la obtuvo”, agrega Juan Pablo.
Gracias a esa beca, durante ese año, viajaba todos los meses a Buenos Aires a tomar clases con el reconocido músico Jorge de la Vega, que desde 1983 es Primera Flauta Solista de la Orquesta Estable del Teatro Colón. “Jorge es de Mendoza también, egresado de la UNCuyo y sigue siendo mi profesor actualmente”, detalla el músico.
En el interín, mientras viajaba, Juan Pablo siguió concursando para diferentes orquestas. Tomó el cargo de primera flauta en la Orquesta de la Universidad de Buenos Aires y a fines del año pasado rindió el ingreso para hacer una especialización en Música de Cámara que ofrece el Instituto de Arte del Teatro Colón. “Había un solo cupo y logré entrar, no lo podía creer. Ahí me llamaron como flautista para cubrir remplazos en la Orquesta del Colón y en la Orquesta Académica”, expresa.
Juan Pablo mantiene firmes sus orígenes, ya que desde 2017 hasta principios de este año dio clases de flauta en la mencionada Escuela artística 5-025 de Tunuyán. En Buenos Aires, continúa con su labor de docente en una institución secundaria orientada en música. “Es un trabajo, se ve como muy romántico, pero estudio y me preparo todos los días. Pero lo hermoso es disfrutar de cada momento”, señala.
Investigaciones y consejos para músicos
Paralelamente a esta faceta interpretativa, Juan Pablo también es investigador, pasión que tiene desde chico. Uno de sus proyectos investigativos habla sobre las herramientas que recibe el músico en la universidad y las exigencias del acotado campo laboral. Este proyecto fue un puntapié inicial ya que, dentro de esta temática, comenzó a abordar otra rama referida al desarrollo de la identidad formativa, es decir, la personalidad musical de los intérpretes desde el punto de vista de los estudiantes.
“Uno se prepara, estudia un montón, se pasa horas haciendo escalas, arpegios, pero llegas al momento del concierto y descuidas la preparación psico-emocional”, explica Juan Pablo.
“Hay montón de corrientes filosóficas que están llegando a Latinoamérica que tienen que ver con esto. Somos artistas, somos músicos y pararse, por ejemplo, en el Teatro Colón, es una exposición muy grande. En esta investigación estudié cómo los estudiantes van construyendo su identidad musical que les permite presentarse en público”, señala el joven. Este trabajo, Juan Pablo lo presentará en los próximos meses en Paraguay.
Con respecto a esta investigación, el músico comenta: “Nunca se ha puesto la lupa en estas cuestiones que pueden jugarte una mala pasada. Hoy en día, se está abriendo un nuevo paradigma, que es el de la performance, concepto que incluye no solamente el momento de la ejecución sino el trabajo previo de la preparación y el momento posterior a la ejecución. Es decir que es un concepto integral. Cuando practicamos en casa nos sale todo perfecto porque estamos tranquilos, en pantuflas, con mate y café. Pero cuando estás parado frente a un jurado o una audiencia, el corazón se acelera, la boca se seca, los dedos tiemblan. Es decir, manifestaciones físicas que son lógicas frente al estrés pero que se pueden preparar”.
Con respecto a cómo resolver estos desafíos, el joven detalla: “Por ejemplo, si tengo un concurso para entrar a una orquesta, me levanto a la mañana y lo primero que hago es agarrar la flauta, la armo y toco como si ya estuviera en el concurso. Es decir, trato de tocar lo más incómodo que puedo. Después que hago eso, desarmo la flauta y ya me pongo a estudiar”.
“Lo otro que hago es hacer cardio. Salgo a correr y, apenas llego, me pongo a tocar así, con esa falta de aire y el ritmo cardíaco elevado y veo cómo respondo. Esto lo hago, porque en una situación ideal todo sale fantástico pero la realidad cambia frente al mínimo estrés. Si bien no podremos evitar los nervios a la hora del concierto, sí podemos dominar esa situación y todos estos ejercicios nos ayudan. En definitiva, trabajar el aspecto psicológico tanto como el técnico y musical nos va a ayudar a hacer una mejor performance”, finaliza Juan Pablo.