El ministro de Economía, tuvo su último día de la gira de encuentros y reuniones que lo llevaron por Riad, Washington y Nueva York.
Este miércoles volverá al país, tras varios cara a cara con los bonistas clave de la renegociación que se viene. En concreto, durante su último día en Estados Unidos, Guzmán se reunió con fondos que agruparían entre el 35% y el 50% de los bonos a reestructurar. Es decir, que tendrían capacidad de veto.
Desde Economía confirmaron que, más allá de potenciales retrasos por la complejidad del proceso, el cronograma de negociación sigue sin modificaciones. Además, afirmaron que no hay más reuniones presenciales agendadas con los bonistas.
El martes se habrían sentado con Guzmán Blackrock, Templeton, Marathon, Greylock y Fidelity, además de los bancos de inversión Morgan Stanley, Bank of American, Citibank y JP Morgan. Los encuentros le brindaron al Gobierno un margen de 15 días para evaluar reacciones y realizar potenciales modificaciones al proyecto de oferta. Según el cronograma, el lanzamiento oficial será en la segunda semana de marzo.
Los fondos que se reunieron con Guzmán tienen un peso específico destacado a la hora de contar porotos y ver si se llega a la aceptación necesaria de entre 66% y 75%. Y es que, tal como se especula en el mercado, Blackrock (que se asoció con Fidelity, el fondo que bloqueó el reperfilamiento bonaerense), Templeton, Pimco y Ashmore, acumularían entre el 35% y 50% de los títulos a reestructurar.
Desde el Gobierno ganaron moderadamente en confianza cuando el FMI comunicó en forma oficial que la deuda argentina había pasado desde el famoso sustentable, pero con baja probabilidad al nuevo insustentable.
La estrategia de Guzmán se había endurecido en las últimas semanas y esgrimió la necesidad de una quita importante por la imposibilidad de pagar. La negociación dejó de ser amigable y eso alejó posturas. El FMI apoyó la estrategia y desactivó así cualquier esperanza de los bonistas de que se inclinara para su lado.
La buena jugada política del Gobierno fue leída en el Palacio de Hacienda con cierto optimismo, pero sin festejos desmedidos. Entre analistas la principal lectura fue la de que, si bien el partido no se gana sólo con eso, el Gobierno había ganado fuerza para negociar.
“El apoyo del Fondo legitimó el discurso de Guzmán, algunos bonistas pensaban que el FMI los iba a apoyar”, dijo la jefa de Research de AdCap, Paula Gándara. Para ella, la cotización de los bonos ya descuenta una fuerte quita y el apoyo del Fondo acercó esas posiciones alejadas por la radicalización de Guzmán.
En la otra vereda, los bonistas se agruparon y, si bien el dato debe ser matizado porque no se conocen números certeros, se estima que habrían alcanzado poder de veto. El analista financiero, Christian Buteler, opinó: “Para los bonistas el primer escenario, que era de estiramiento de plazos, resultaba aceptable. Hasta 15% de quita podía estar peleado pero con más de 15% ya está muy difícil”.
Guzmán también se encontró con preocupaciones de los bonistas acerca del sendero fiscal. Las reuniones del fin de semana con la directora gerente, Kristalina Georvieva; la subdirectora para la región, Julie Kozack; y el encargado del caso argentino, Luis Cubeddu, fueron en ese sentido. El director de Econviews, Miguel Zielonka, opinó: “El FMI es el que puede certificar los números macro. El artículo 4 es un dictamen técnico necesario para que los bonistas puedan considerar una propuesta de canje”.
Fuente: Bae Negocios